Yamil Santoro, sin filtro: “No hago política para vivir del Estado”

Después de ser destrozado por el periodista Camilo Cagnacci en Ángulo Muerto por pegar el logo de Unión por la Patria al de Juntos por el Cambio, Yamil Santoro se subió al ring y pidió derecho a réplica. Lo tuvo, y no se achicó.

“Lo del laburo honesto me lo banco, pero no hago política para currar”, arrancó el legislador porteño. “He tenido empresas, fui docente, laburé en el sector privado. Hago política porque me apasiona”, remarcó, en un tiro por elevación a los que –según él– se meten “porque no valen dos mangos afuera”.

El logo, las siglas y el quilombo

La polémica por su nuevo espacio, con colores y estética similar a la de Unión por la Patria, fue el primer tema caliente de la entrevista. “No es el logo más lindo de la galaxia, pero fue lo que pudimos hacer a las 23:30 del día del cierre. Lo armó la novia de un amigo porque nuestra diseñadora estaba festejando su cumpleaños”, explicó.

Santoro justificó el uso de la estética patria diciendo que “la escarapela no es de nadie” y apuntó contra el kirchnerismo: “Se creen dueños de los símbolos patrios. No lo son”.

Sobre la posible confusión con Leandro Santoro, fue tajante: “Me postulé antes. No tengo la culpa de llamarme así. Estoy orgulloso de mi apellido”.

La ensalada liberal

Con un CV partidario que incluye desde Unión por Todos hasta Republicanos Unidos, pasando por Mejorar, Santoro aseguró que su línea siempre fue la misma: “Estoy en el mismo metro cuadrado de siempre. Lo que pasa es que algunos se afanaron los partidos, impidieron internas y tuvimos que salir a armar algo propio”.

Contó que todavía está afiliado a Republicanos Unidos, pero que “López Murphy y compañía lo judicializaron todo”.

¿Qué propone?

Además de defender su banca, Santoro dejó tres propuestas concretas:

• Prohibir el trabajo de cartoneros en la Ciudad.
• Meter presos a los trapitos.
• Bajar el gasto público y los impuestos.

Según el legislador, gracias a una movida conjunta con Ramiro Marra, logró una rebaja de 330 mil millones de pesos en el presupuesto porteño. “Eso se traduce en $150.000 menos de impuestos por cabeza. Eso es laburar en serio”, sentenció.

¿Y ahora qué?

El sábado vence el plazo para presentar listas y Santoro prometió sorpresas. “Te va a gustar lo que tenemos preparado. Siempre hay que superarse”, le dijo a Cagnacci, en tono de chicana.

Por ahora, sigue corriendo solo, entre polémicas, redes, boletas raras y un electorado que aún no termina de definir si lo banca o lo quiere fuera del mapa.