El Gobierno aprobó la Política de Inteligencia Nacional: los 10 ejes estratégicos de la SIDE

El presidente Javier Milei firmó el Decreto 864/2025 que establece por primera vez en más de dos décadas los lineamientos estratégicos del Sistema de Inteligencia Nacional (SIN), bajo el lema: “Inteligencia Nacional, vigilia permanente por la Seguridad Estratégica de la República Argentina”. El Poder Ejecutivo Nacional aprobó así la "Política de Inteligencia Nacional", un documento de 34 páginas que define los objetivos que guiarán el accionar de la Secretaría de Inteligencia de Estado (SIDE) y todo el SIN en los próximos años. El decreto instruye a la SIDE a dictar una "Estrategia de Inteligencia Nacional" que determinará los cursos de acción concretos para su implementación.

El decreto parte de un diagnóstico crítico sobre el estado del SIN, al que describe con "un deterioro relevante" de más de tres décadas que "socava el funcionamiento de las instituciones democráticas". El documento menciona expresamente la falta de esclarecimiento de los atentados de 1992 (Embajada de Israel) y 1994 (AMIA), así como la muerte del fiscal Alberto Nisman, calificada como "un hecho de suma gravedad institucional". Además, se refiere a las sucesivas intervenciones que sufrió la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) desde 2019, que "implicó un notorio retroceso institucional". La AFI fue disuelta mediante el Decreto 614/24 y reemplazada por la actual SIDE, que opera con cuatro órganos desconcentrados: el Servicio de Inteligencia Argentino (SIA), la Agencia de Seguridad Nacional (ASN), la Agencia Federal de Ciberseguridad (AFC) y la División de Asuntos Internos (DAI).

Los 10 lineamientos estratégicos y ejes de conflicto

La política define cinco intereses estratégicos nacionales (soberanía, integridad territorial, protección de la vida y derechos, vigencia democrática y preservación de recursos) y desarrolla diez lineamientos clave.

• Ejes Geopolíticos: los lineamientos abordan la "disputa de poder en el escenario de política exterior", reconociendo que la competencia entre potencias globales "impacta directamente en regiones periféricas como América Latina". Se busca proteger el conocimiento nacional y monitorear la influencia externa en procesos decisionales que puedan "condicionar la autonomía institucional".
• Malvinas y recursos: los lineamientos 4.a y 4.b abordan la proyección antártica y la presencia extranjera en el Atlántico Sur, Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur. Se menciona expresamente la "ocupación ilegítima del territorio nacional". Además, se advierte que Argentina "por su dotación estratégica de litio, gas no convencional, acuíferos y biomas de alto valor ecológico, enfrenta escenarios de presión simultánea por parte de actores estatales y corporativos".
• Nuevas amenazas: el segundo eje se refiere a la "superioridad de la información y riesgo de influencia externa", con foco en operaciones de desinformación que "buscan erosionar la cohesión social". El sexto y séptimo se centran en las amenazas en el ciberespacio y las tecnologías de frontera (Inteligencia Artificial, computación cuántica).
• Seguridad y Criminalidad: los lineamientos octavo y noveno se enfocan en terrorismo y crimen organizado. Sobre terrorismo, se advierte que Argentina enfrenta "exposición a redes trasnacionales vinculadas a Medio Oriente". Respecto al crimen organizado, se lo describe como "una estructura de poder paralela" que se beneficia de "rutas estratégicas, zonas de frontera permeables y circuitos financieros informales". El décimo y último lineamiento corresponde a la contrainteligencia, definida como "herramienta crítica para detectar interferencias".