El ministro de Seguridad de Santa Fe defendió las medidas "a lo Bukele" en las cárceles

“Claro que esto no es para toda la población penal”, aclaró el funcionario del gabinete de Maximiliano Pullaro; y advirtió: “Cada vez la van a pasar peor”; Patricia Bullrich felicitó al gobernador por el procedimiento.

Política 06 de marzo de 2024 Sección País Sección País
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El ministro de Seguridad y Justicia de Santa Fe, Pablo Cococcioni, defendió hoy el tipo de requisa que se realizó en ciertos penales de la provincia, y que se hizo viral por las impactantes imágenes de los presos, que remiten a las medidas implementadas por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele. “Cada vez la van a pasar peor”, advirtió el funcionario del gobierno de Maximiliano Pullaro.

“Claro que esto no es para toda la población penal. El que no lo entiende o tiene un compromiso criminal muy fuerte que no toma la decisión de romper vamos a actuar muy fuertemente en contra de eso”, aclaró Cococcioni.

“Felicitaciones, gobernador. El que las hace las paga”, fue el mensaje que le escribió la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, a Pullaro. “En las cárceles federales contamos con el Protocolo de Gestión para Presos de Alto Riesgo, con el que controlamos uno por uno a los narcos santafesinos para que no actúen y para que la cárcel no sea un lugar del delito”, agregó.

A 72 horas del ataque a balazos contra dos micros que trasladaban a cerca de 100 efectivos del Servicio Penitenciario de Santa Fe, las autoridades provinciales llevaron adelante una segunda requisa sorpresiva en pabellones del penal de Piñero donde están alojados varios de los presos de “alto perfil” vinculados a las principales bandas narcos de Rosario.

En las imágenes se ve a decenas de presos sentados en el piso, con el torso desnudo y sus manos entrelazadas a sus espaldas, con esposas. Los reclusos están rodeados por uniformados fuertemente armados.

El funcionario provincial dijo la mayoría de estos detenidos está ligada a bandas narcocriminales: “Algunos son los cabecillas, pero otros son los ejecutores, los sicarios, los que les aguantan cosas en el pabellón, los que les van con el contrabando”. Cococcioni aseguró que este procedimiento de requisa “está absolutamente estandarizado para nosotros”. “Y son medidas de seguridad también. Imagínate entrar con esta gente y les tiran agua hirviendo, vinagre en los ojos, lavandina en el uniforme, les tiran de todo. Entonces, está claro que un procedimiento en sectores de mediana o alta peligrosidad tiene que tener medidas de protección de nuestro personal”, indicó.

“Buena parte de la criminalidad que azota a Rosario se produce desde el interior de las cárceles y así fue nuestro diagnóstico desde antes de asumir el gobierno; por lo tanto, un punto muy importante para poder controlar la calle es poder controlar la cárcel”, aseveró el ministro.

“El que es protagonista de un hecho primario, que no es un delito violento y quiere reintegrarse a la sociedad, le vamos a dar todo lo que haya que darle para capacitarse, hacer un taller laboral y reintegrarse como una persona libre y un miembro de la de sociedad. El que no lo entiende o tiene un compromiso criminal muy fuerte que no toma la decisión de romper vamos a actuar muy fuertemente en contra de eso”, aseveró el funcionario santafesino.

Cococcioni recordó que los detenidos de máxima peligrosidad estaban mezclados con la población común, “recibiendo el mismo régimen de visitas, muy muy laxo”. “Tenían la posibilidad de que la visita pase al pabellón, ingrese alimentos desde el exterior; poder hablar por teléfono, poder poseer cuántas cosas querían”, enumeró. Era tal el control que ejercían los reclusos por sobre el sistema, según denunció el ministro, que los grupos de requisa “tenían instrucción de que fueran suaves, porque cuando un preso denunciaba a los empleados penitenciarios de que le habían roto algo en una requisa, los empleados tenían que hacer una vaquita para reponer el bien roto porque si no lo sumariaban a todo”.

“Vamos por un régimen más severo, cuya severidad se va a ir incrementando en la medida de la respuesta de ellos. Nosotros tomamos algunas primeras medidas y la respuesta fue balearnos un cajero automático y un hospital y dejarnos amenazas al gobernador, a mí, a todas nuestras familias y equipos. Entonces, a partir de ahí empezamos a tomar medidas más estrictas”, se explayó el ministro de Seguridad de Santa Fe.

Días atrás, dos ómnibus de la empresa Laguna Paiva que trasladan de manera frecuente a los guardia cárceles del penal de Piñero a la ciudad de Santa Fe, de donde son oriundos la mayoría, fue atacado a balazos en avenida Circunvalación, al norte de Rosario. “Dijimos, esto es un antes y un después. Se abre una etapa de mayor rigor porque es algo que el Estado no puede permitir que los delincuentes le ganen”, agregó Cococcioni.

“Las medidas de seguridad que aplicamos van a ser cada vez más enérgicas si no entienden que la delincuencia no puede mandar en la provincia de Santa Fe”, aseguró el ministro de Seguridad local.

 

 

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