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En plena ola de rechazo a sus declaraciones sobre la comunidad LGTBIQ+, el presidente y sus aliados insisten con justificar las comparaciones que incendiaron las calles. ¿Qué buscan realmente con esta defensa sin frenos?
Política02 de febrero de 2025El gobierno no se amilana ni ante la furia de la marcha LGTBIQ+, que llenó las calles exigiendo disculpas por las polémicas palabras de Javier Milei en Davos. A pesar del revuelo y el repudio generalizado, el presidente se mantiene firme en su defensa, junto a su equipo de fieles seguidores, como Patricia Bullrich y Lilia Lemoine, quienes no solo respaldan sus dichos, sino que intensifican la polémica.
Milei, intentando apagar el fuego, dijo que todo fue “un malentendido” y que los manifestantes fueron “usados” por un video editado. Pero no convenció a nadie. De hecho, muchos apuntaron que la comparación con la pedofilia fue clara, directa y no un error de interpretación. El presidente, lejos de pedir disculpas, prefirió aferrarse a su discurso.
Los seguidores del presidente tampoco se quedaron atrás. En redes sociales, los trolls oficialistas se lanzaron con todo a deslegitimar la marcha. Los hashtags como #MileiTeníaRazón fueron tendencia, mientras se difundían fotos de los manifestantes con el fin de minimizar la protesta y darle la vuelta al escándalo. Nada de autocrítica, solo justificar lo injustificable.
Patricia Bullrich, ministra de Seguridad y aliada clave de Milei, atacó con todo: acusó a los manifestantes de “profanar a los próceres” y de “despreciar la historia”. De paso, reforzó el mensaje con el hashtag #MileiTeníaRazón, alineándose con el presidente en lugar de desmarcarse de la polémica.
No se quedó atrás la diputada Lilia Lemoine, quien, con un meme polémico, hizo aún más explosiva la comparación entre la comunidad LGTBIQ+ y la pedofilia, acusando al “progresismo” de infiltrar sus ideas en las políticas del país. Y todo esto mientras la marcha LGTB seguía en las calles, pidiendo respeto y justicia.
La pregunta es: ¿por qué el gobierno se aferra a una comparación tan incendiaria, que no hace más que agravar la herida social? ¿Buscan reactivar una cultura de confrontación que les sirva a los fines políticos? Lo que es seguro es que este choque no terminó, y la grieta sigue abierta. Lo que pasa en las calles sigue siendo la verdadera respuesta, aunque algunos prefieran ignorarlo.
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