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Las Cámaras Civil, Laboral y Penal rechazaron la sentencia que amplió la competencia de la Justicia porteña. Pero en la Corte Suprema descartan dar marcha atrás y advierten que el desacato podría tener consecuencias.
Política12 de febrero de 2025El fallo Levinas, que ordenó que las sentencias de las Cámaras Nacionales sean apeladas ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) porteño, desató una crisis sin precedentes en el Poder Judicial. Las principales Cámaras nacionales—Civil, Laboral y Penal—cerraron filas en contra de la decisión de la Corte Suprema y decidieron no acatarla. Pero en el máximo tribunal ya dejaron en claro que no hay margen para volver atrás.
Según fuentes de la Corte, los plenarios y acuerdos que firmaron los jueces nacionales en los últimos días no tienen efectos jurídicos y solo evidencian su negativa a cumplir el fallo. Para los supremos, esa actitud podría derivar en denuncias ante el Consejo de la Magistratura.
El rechazo formal al fallo Levinas también llegó a través de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia de la Nación (AMFJN), que le pidió a la Corte que revierta su decisión y suspenda los efectos de las causas en las que ya se aplicó. Entre ellas, la del Correo Argentino, que involucra a la familia de Mauricio Macri. Pero en el Palacio de Tribunales nadie espera un giro en la postura del máximo tribunal.
En la Corte Suprema sostienen que, aunque las Cámaras Nacionales rechacen enviar sus causas al TSJ porteño, los abogados podrán recurrir en queja y el tribunal capitalino aceptará esos planteos. La otra opción es que los litigantes apelen directamente a la Corte Nacional como instancia de revisión, pero ya se anticipa que esos planteos no serán aceptados.
Mientras tanto, el TSJ porteño ya empezó a analizar 14 expedientes enviados por la Corte, entre ellos las causas Socma (Correo Argentino) y Chocobar. Sin embargo, aún no hay definiciones y el proceso podría demorar, ya que antes se deben compatibilizar los sistemas informáticos entre la Corte Suprema y el TSJ para el traspaso de los expedientes.
Actualmente, la Corte tiene en carpeta 85 fallos que podrían rechazarse aplicando el precedente Levinas, pero el problema es que, con la jubilación de Juan Carlos Maqueda, solo dos de los tres jueces que componen hoy el tribunal comparten los fundamentos del fallo. La Corte deberá recurrir a conjueces o esperar que Carlos Rosenkrantz—que en Levinas votó en disidencia—se sume a la mayoría en algunos casos.
Más allá del aspecto técnico, la Corte enfrenta una rebelión inédita de los jueces nacionales, que se niegan a quedar bajo la órbita de la Justicia porteña. Cuando el caso Levinas ingresó al tribunal en 2021, ya se preveía que la reacción iba a ser fuerte. Pero la magnitud del conflicto superó las expectativas.
Los magistrados sostienen que el fallo altera la estructura del Poder Judicial, afecta la división de poderes y genera incertidumbre en los litigantes, además de prever demoras y mayores costos operativos.
Mientras las Cámaras Civil, Laboral y Penal ya resolvieron no acatar la sentencia y seguir enviando sus expedientes a la Corte Nacional, la Cámara Comercial estaría por hacer lo mismo en las próximas horas.
Con los jueces en pie de guerra y la Corte firme en su postura, el conflicto promete seguir escalando. Y lejos de resolverse pronto, el terremoto judicial recién empieza.
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