Villarruel no frenará el aumento de sueldos en el Senado y cruje la interna con Milei

El distanciamiento entre Javier Milei y Victoria Villarruel sigue tomando temperatura. Esta vez, el cortocircuito se trasladó al Senado de la Nación, donde la vicepresidenta dejó correr —sin meter la motosierra— el fin del congelamiento de las dietas legislativas. A partir de este mes, los senadores pasarán a cobrar más de 9 millones de pesos.

El 31 de marzo venció el congelamiento que se había definido en diciembre pasado. Desde ahora, los aumentos ya no estarán bloqueados y se aplicarán según las actualizaciones salariales previstas para el personal del Congreso. En la práctica, implica un fuerte incremento en los bolsillos de los senadores, justo cuando el Gobierno predica la austeridad como bandera.

Villarruel, que en los papeles preside el Senado, optó por no intervenir. La decisión fue leída en Casa Rosada como un nuevo gesto de autonomía —o de desafío— frente a la línea libertaria más pura. “Ella necesita caja y necesita que sus senadores estén contentos”, lanzó sin filtro la diputada Lilia Lemoine, una de las voces más duras del oficialismo.

La frase no cayó nada bien en el entorno de Villarruel, donde ven con recelo los intentos del mileísmo de disciplinarla. La interna entre el Presidente y su vice, que ya no se esfuerzan por disimular, suma otro capítulo caliente en plena campaña para las elecciones legislativas.

Mientras tanto, el oficialismo se prepara para defender en público una agenda de recorte y ajuste, en medio de escándalos como el de los aumentos de sueldo en el Congreso. Pero puertas adentro, los pases de factura y las estrategias paralelas siguen marcando el pulso del poder libertario.