El peronismo aseguró que la propuesta que el Gobierno pretende sancionar en extraordinarias "no nace en Argentina" sino "en Washington" y advirtió que con ella "los trabajadores seguirán retrocediendo".
Política28 de noviembre de 2025
Sección País
El Partido Justicialista (PJ) ratificó este viernes su rechazo a la reforma laboral que el Gobierno nacional pretende tratar y sancionar en las sesiones extraordinarias del Congreso. Además, advirtió que la iniciativa "es parte del pliego de condiciones del FMI".
A través de un comunicado difundido en sus redes sociales, el peronismo aseguró que la propuesta "no nace en Argentina" sino "en Washington". El texto, titulado "Sí al trabajo, no a la precarización laboral del FMI", sostiene que ahora se busca "consolidar un modelo" en el que "los trabajadores seguirán retrocediendo" a partir de "menos derechos, más horas de trabajo y salarios más bajos".
El espacio liderado por Cristina Kirchner criticó la primera fase de "plan de flexibilización" del Ejecutivo, "escondido en la Ley Bases", y aseguró que "no sólo no creció el empleo, sino que la destrucción de puestos de trabajo se aceleró".
El PJ alertó que "en apenas veinte meses, la destrucción del tejido productivo y del empleo formal ha expuesto la verdadera cara del modelo de Milei y (Luis) Caputo", al que calificó como "un ajuste que no busca la libertad, sino la sumisión a recetas extranjeras que ya han fracasado".
El comunicado detalló que:
El PJ denunció que se trata de un "ataque al corazón productivo nacional" que "golpea al transporte, la industria, el comercio y, muy especialmente, a la construcción, que ha perdido más del 16% de sus trabajadores registrados".
Desde esa fuerza, consideraron que "las leyes laborales no son el problema", sino que el inconveniente "es el desplome del consumo interno, los salarios pulverizados y la falta de crédito".
"Los peronistas no nos oponemos a una reforma, nos oponemos a la precarización laboral disfrazada de reforma", advirtieron.
Entre sus prioridades mencionaron la "recuperación del salario" como "motor de la reconstrucción" y la "reducción de la jornada laboral y soberanía del tiempo". Concluyeron reclamando "un Estado que marque el rumbo y no legalice abusos" y afirmaron: "No seremos el laboratorio de precarización del FMI; seremos un ejemplo de trabajo digno y producción para el siglo XXI".
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