La ministra de Seguridad realizó ajustes en la plana mayor mediante la Orden del Día 235. También renombró áreas clave como Drogas Peligrosas y mantuvo a la única mujer en el mando superior.
Política22 de diciembre de 2025
Sección País
La ministra de Seguridad, Alejandra Monteoliva, comenzó a imprimir su sello en la gestión de las fuerzas de seguridad con sus primeras decisiones administrativas de peso. A través de la Orden del Día Interna número 235, la funcionaria dispuso en las últimas horas un reordenamiento de la cúpula de la Policía Federal Argentina (PFA) que combina una fuerte señal de continuidad política con ajustes específicos en áreas de manejo de recursos y logística.
La decisión central de la ministra fue la ratificación de la conducción superior: el comisario general Luis Rollé continuará como jefe de la fuerza y Mariano Giuffra seguirá siendo el subjefe. Con esta confirmación, el Gobierno busca despejar dudas sobre el rumbo de la política criminal y operativa.
Sin embargo, el esquema sufrió modificaciones en dos sillones clave de la plana mayor. El comisario mayor Juan José Mingorance fue designado al frente de la Superintendencia de Administración, desplazando a Rubén Haidar. En paralelo, el comisario mayor Gustavo Alberto Núñez asumió la conducción de la Superintendencia Federal de Bomberos y Protección de Riesgos, en reemplazo de Mauricio Barrera. Según trascendió, los nuevos responsables ya se encuentran cumpliendo funciones.
"Doctrina Bullrich" y cambio de nombres
Monteoliva enmarcó estos movimientos en la lógica de gestión que heredó de la actual senadora nacional. "La ‘Doctrina Bullrich’ sigue más vigente que nunca", afirmó la ministra, quien optó por mantener en su cargo a la única mujer que integra la cúpula: la comisario mayor Mirna Speranza, ratificada al mando de la Superintendencia de Seguridad de Estado.
Más allá de los nombres, la nueva estructura trajo cambios semánticos que reflejan los objetivos de la etapa. La histórica dependencia de "Drogas Peligrosas" pasó a denominarse Superintendencia de Investigaciones contra el Narcotráfico, mientras que el área de Intervención Territorial fue renombrada como Superintendencia de Operaciones Policiales, aunque conservando a sus actuales jefes.
Segunda línea y áreas sensibles
El reacomodamiento alcanzó también a la segunda línea de mando. En las Direcciones Generales, el comisario mayor Jorge Andrés Romero asumió en Personal y el comisario general Pablo Bruni quedó a cargo de Planeamiento y Evaluación. Además, se fortaleció el Departamento Federal de Investigaciones (DFI), elevando de rango ciertos proyectos de operaciones.
Por último, el Ministerio decidió no tocar las áreas más sensibles para asegurar la trazabilidad de las investigaciones en curso: las superintendencias de Asuntos Internos, Inteligencia Criminal e INTERPOL se mantuvieron sin alteraciones en sus jefaturas.
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