La Cámpora volvió a presionar para que Alberto Fernández desplace a Claudio Moroni, uno de los ministros de mayor confianza del presidente.
Quien pidió su cabeza fue Andrés "Cuervo" Larroque, que por segundo día consecutivo cuestionó al ministro de Trabajo por la falta de gestión y ponerse del lado de los empresarios en el conflicto del neumático.
"Claramente hay un déficit en materia de gestión" en el Ministerio de Trabajo, afirmó este miércoles el ministro de Desarrollo de la Comunidad bonaerense y secretario general de La Cámpora.
"Por lo menos en el conflicto del neumático está claro que si las cosas se prolongan por tanto tiempo y después finalmente se termina comprobando que con voluntad política se podía resolver", agregó Larroque.
"De ninguna manera los enemigos pueden ser los trabajadores", insistió el funcionario bonaerense en declaraciones a radio Futuröck. "A veces nos precipitamos sobre los sectores más débiles de la sociedad y terminamos siendo demasiado complacientes con los factores de poder", continuó, y agregó que no se puede "deslegitimar el reclamo de quienes hacen a la generación de la riqueza del país".
El descontento del kirchnerismo con Moroni no es nuevo, pero se profundizó la semana pasada cuando se descontroló la crisis de los neumáticos. Finalmente, la resolución de la disputa le dio aire para continuar.
Tal fue la presión que el jueves pasado la portavoz Gabriela Cerruti tuvo que salir a negar que el presidente analizara pedirle la renuncia a su amigo, que es uno de los pocos albertistas que quedan en el gabinete.
Además de su amistad con Alberto Fernández, Moroni cuenta con el apoyo de la cúpula de la CGT. Los "gordos" y los "independientes" son sus grandes aliados. No así Pablo Moyano, con quien el ministro está cruzado.
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