El vice de Sergio Massa volvió a criticar al kirchnerismo

"Todos los dirigentes políticos deberían reconocer los errores que nos llevaron a perder las reservas y a endeudarnos", planteó Gabriel Rubinstein en el Senado.

03 de noviembre de 2022 Sección País Sección País
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El tratamiento en el Senado del Presupuesto 2023 arrancó este miércoles con un picante análisis del viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, quien en territorio de Cristina Kirchner criticó la política económica del kirchnerismo por haberse apartado del plan diseñado por Roberto Lavagna, lo que –a su entender– llevó al país a "perder reservas y endeudarnos".

En el marco de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Rubinstein presentó los datos macroeconómicos, que prevén un nivel de ingreso del PBI que baja del 17,6 al 16,8 y una caída del gasto del 20% al 18,7% del producto para el próximo año. También defendió la previsión inflacionaria del 60%, pese a que reconoció que las consultoras privadas ya proyectan un alza del 100%.

Luego habló del orden fiscal, y ahí empezó a desandar el camino que terminaría en una crítica solapada a la política económica del kirchnerismo. Primero advirtió que la Argentina "no tiene ninguna chance" de financiamiento por el bajísimo nivel de reservas, y frente a ese panorama, lo que queda es la emisión monetaria, "algo que puede acompañar el crecimiento del producto", aunque aclaró que en la Argentina choca con la caída de la demanda de dinero y eso provoca "un desequilibrio monetario que convalida la inflación alta".

Para Rubinstein, si la Argentina tiene un déficit primario de 1,9% deja abierta la posibilidad de bajar la inflación al 60% e incluso menos, pero desestimó que vaya a estar en el orden del 100% , ya que eso tendría que ver con "un proceso fuerte de la caída de dinero".

Así el viceministro pasó luego a describir los efectos del desorden fiscal generado por un déficit desfinanciado por el impuesto inflacionario, que es consecuencia de la permanente desvalorización del dinero, es decir, "la emisión monetaria que no tiene contrapartida en un aumento de la demanda de dinero" causal de la escalada inflacionaria. "Esto no es de derecha o de izquierda, ni de liberales o marxistas", aclaró.

Por eso insistió en la necesidad de "bajar el déficit, lo que sea necesario" y remarcó que este es "un presupuesto de transición". Y planteó volver a los valores macroeconómicos de hace 20 años atrás, cuando Roberto Lavagna era el ministro de Economía, y había un superávit fiscal primario de 3 % del PBI, que según indicó se tradujo en "un ahorro externo".

"Teníamos una cuenta corriente externa superavitaria del 2 % del PBI, con un tipo de cambio unificado, no había controles de cambio y en ese contexto teníamos 40.000 millones de dólares de reservas netas. Hoy tenemos a duras penas alrededor de 6.000 millones después del operativo del dólar soja", apuntó para marcar las diferencias con las gestiones que vinieron luego a la de Lavagna.

Recordó que la inflación estaba en el 5% anual y resaltó que "nunca debimos habernos apartado". "Todos los dirigentes políticos deberían reconocer los errores que nos llevaron a perder las reservas y a endeudarnos", reclamó Rubinstein, para pedir recuperar ese equilibrio macroeconómico que permitía que la economía crezca, "no era la paz de los cementerios". Incluso recordó que por aquellos años se trabajó en la conformación de un fondo anticíclico porque "sobraban los dólares".

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