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A esta altura del partido, es un cliché decir que la Argentina es una caja de sorpresas. Pero las perlitas que nos dejan los políticos exponen, muchas veces, debates que trascienden lo meramente anecdótico. El regalo de cumpleaños que Cristina Kirchner le hizo a Alberto Fernández no fue la excepción. Con la conflictividad social en ascenso y un Frente de Todos virtualmente fracturado tras el acuerdo con el FMI, la pregunta cae de madura: ¿podrá el Gobierno asentar una política económica sustentable electoralmente? Incógnita que inquieta a un presidente que, como todos sus predecesores, no renegará del sueño de buscar una segunda “temporada” en la Casa Rosada.
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Dos aniversarios coincidieron el fin de semana que pasó: las cuatro décadas del inicio de la Guerra de Malvinas y el cumpleaños del presidente Alberto Fernández. Desconozco si aquel 2 de abril de 1982 el por entonces estudiante de Derecho festejó sus 23 vitoreando a Galtieri en Plaza de Mayo o si, por el contrario, fue uno de los ¿pocos? argentinos no alineados con el fervor nacionalista. Más allá de eso, lo cierto es que este año ambas efemérides se cruzaron en un mismo momento. Y la encargada de hacerlo fue ni más ni menos que Cristina Kirchner.
Durante un acto conmemorativo que tuvo lugar el sábado en el Senado, la vicepresidenta no solo hizo público que “le mandó” de regalo a Fernández un libro. También dedicó varios minutos de su discurso a hablar acerca de él. Se trata de Diario de una temporada en el quinto piso, una crónica histórica de la gestión económica del gobierno de Raúl Alfonsín escrita por el sociólogo Juan Carlos Torre, quien entre 1983 y 1989 fue miembro del equipo económico de Juan Vital Sourrouille, primero en la Secretaría de Planificación y luego en el Ministerio de
Economía.
Las elucubraciones periodísticas no se hicieron esperar. ¿Qué motivo inconfesable la llevó a obsequiarle al Presidente un libro que relata las peripecias fallidas de los equipos económicos un gobierno radical? Con independencia del mensaje hacia la interna del oficialismo, y su crítica a “la vocera” Gabriela Cerruti, en el gesto de Cristina lo que importa es lo simbólico. ¿Cuáles son esas lecciones del pasado que, según su vice, a Fernández no se le deberían escapar?
Las 544 páginas del libro de Torre están marcadas por las tensiones entre Alfonsín y los factores de poder de la época. Ese “asedio” debe ser una de las tantas coincidencias que la vicepresidenta encuentra entre aquella experiencia y la actualidad. Sin embargo, hay una diferencia fundamental que le debe quitar el sueño: hoy gobierna el peronismo. Y quien ocupa el quinto piso del Ministerio de Economía, donde está ubicado el despacho del ministro, es un académico atado indefectiblemente a los designios trimestrales del FMI.
El recurrente sueño de una Moncloa “a la criolla” obnubila a todos y cada uno de los gobiernos. Cualquier “pacto social” entre sindicalistas y empresarios pareciera estar lejos de surtir el efecto deseado en la baja del índice de inflación. La cifra de marzo, con mucho optimismo, empataría el 4,7% registrado en febrero. ¿Qué chances tiene el peronismo de conservar el poder en 2023 en medio de una situación tan incierta? ¿Elegirá por primera vez a su candidato presidencial en una PASO o el Frente de Todos acabará finalmente por diluirse?
Como la cigarra de María Elena Walsh, el peronismo puede jactarse de haber sobrevivido a los tiempos más adversos que le tocó transitar. Tantas veces lo mataron. Sin embargo, fue el propio Juan Carlos Torre quien, en medio de una conferencia en 2017, aventuró una hipótesis provocadora: en las rencillas superficiales entre dirigentes justicialistas, dijo, puede estar el reflejo de “un efecto social retardado de la crisis de 2001″, a partir de la fractura de su “columna vertebral” histórica entre trabajadores formales y trabajadores informales o excluidos.
Es cierto: cualquiera podría replicar que, dos años después, la tesis de Torre fue refutada. Pero la “sutura” de 2019 no fue por abajo, sino por arriba. Y basada, sobre todo, en un acuerdo electoral. ¿Será entonces que la impotencia actual del peronismo responde únicamente a la incapacidad de sus referentes de conciliar en torno a un proyecto unitario y una conducción hegemónica que lo guíe? ¿O, en realidad, lo que está puesta en duda es su habilidad para interpretar, de acuerdo a la época, las demandas y los humores de la sociedad argentina?
Como sucediera en 2019 con su autobiografía Sinceramente, Cristina Kirchner puede volver a alardear que solo con su palabra es capaz de reactivar el consumo. Es que, tras la mención del regalo que le hizo a Alberto Fernández, se dispararon las ventas de Diario de una temporada en el quinto piso y la editorial debió acelerar una cuarta edición del libro. Y si era tan lista…
Esto es todo por hoy. Que tengas buena semana.
Pedro
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