$LIBRA: la estafa, la impunidad y el ruido político

El presidente promocionó una criptomoneda que en cuestión de horas se desplomó, dejando un tendal de pérdidas y generando denuncias por fraude financiero. La Justicia argentina y estudios internacionales ya analizan si hubo manipulación de mercado y lavado de dinero. Mientras Milei intenta encapsular la crisis, su entorno se divide entre el blindaje y la preocupación por el impacto económico y judicial.

Análisis y opinión17 de febrero de 2025Camilo CagnacciCamilo Cagnacci
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Javier Milei dijo no estar "interiorizado" sobre $LIBRA. Que no sabía de qué se trataba la criptomoneda que él mismo promocionó en sus redes sociales. Pero eso no enmienda el desastre que causó su tuit, ni compensa a quienes confiaron en su palabra y terminaron perdiendo dinero. ¿Se trata de un error no forzado? Sí. ¿Es una cuestión menor? No.

Desde el viernes a la noche, el oficialismo intenta encapsular el escándalo. La oposición pide explicaciones y hasta promueve un juicio político. Desde el kirchnerismo, el planteo no deja de ser oportunista: que Cristina Kirchner, condenada por corrupción, hable de fraude es una ironía difícil de digerir. Pero eso no significa que el tema deba quedar en la nada.

Entre el blindaje y la sobreactuación

Lo que debería estar claro es que entre fingir demencia y pedir el juicio político a Milei, debe haber algo. Pero, como siempre, el ruido político lo contamina todo.

Para el oficialismo, los cuestionamientos no son más que una avanzada de "la casta". Y en el PRO, donde todavía no terminan de definir su relación con La Libertad Avanza, la reacción es ambigua: por un lado, intentan despegarse del asunto, pero por el otro, no se animan a golpear demasiado fuerte.

Karina Milei, Santiago Caputo y los operadores digitales de La Libertad Avanza apostaron a inflar el acto de afiliación del domingo en Palermo para correr el foco de la agenda. Mientras tanto, algunos dirigentes de perfil más técnico, como el jefe de asesores Demian Reidel, salieron a desmarcarse. El temor es que el problema escale más allá de lo político. No solo hay denuncias en la Justicia argentina, sino que la polémica ya escaló a estudios internacionales que analizan si hubo maniobras de fraude financiero y uso de información privilegiada. La Fiscalía Federal ya recibió presentaciones penales, y el tema podría derivar en investigaciones por lavado de activos y manipulación de mercado. Todo esto en un contexto de negociaciones con el Fondo Monetario para conseguir fondos frescos que permitan anticipar la salida del cepo cambiario, uno de los principales reclamos del círculo rojo al gobierno de Milei.

Los nombres detrás del escándalo

El caso de $LIBRA también destapó una red de nombres vinculados a los negocios cripto y al entorno presidencial. Mauricio Novelli y Manuel Terrones Godoy, dos figuras con antecedentes cuestionables en el mundo de las inversiones digitales, lograron posicionarse en el círculo libertario con un acceso que pocos tienen. A través de Tech Forum, un evento en el que Milei fue orador en 2024, establecieron conexiones estratégicas con el Gobierno y se movieron con absoluta libertad en el ecosistema libertario.

Pero su acceso no se limitó a foros o encuentros de empresarios. Tuvieron acceso privilegiado a la cúpula del poder libertario a través de un personaje central del mileísmo: la hermanísima Karina, a quien habrían llegado por intermedio de Agustín Laje, el intelectual de cabecera de la nueva derecha y persona que Milei piensa como heredero político para 2031.

El silencio no es salud

Los libertarios pueden decir lo que quieran, pero lo cierto es que Milei y su entorno le deben explicaciones al país. No alcanza con borrar un tuit y despegarse del escándalo. Hay denuncias en la Justicia, reclamos en el Congreso y, sobre todo, una enorme sombra sobre la credibilidad del Presidente en un plano donde hasta ahora se mostraba infalible: el económico.

Poco después de que asumiera Milei, un ex amigo periodista me dijo que este gobierno podía ser "peor que el de Alberto Fernández" en términos de corrupción, pero que era mejor no criticarlo porque "la gente lo banca" y "del otro lado están los K". La lógica del "mal menor" otra vez al mando. No creo que el silencio sea salud. Ni que este escándalo deba pasar de largo.

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