El PRO bonaerense explora rearmar Juntos por el Cambio con radicales y schiarettistas. El expresidente apuesta a negociar desde una posición de fuerza antes del cierre de listas.
Política23 de abril de 2025
Sección País
Mauricio Macri empieza a enfriar el acuerdo con Javier Milei en la provincia de Buenos Aires. Mientras el PRO bonaerense se reunió este martes en su sede de San Telmo, comenzaron a circular señales claras de un posible regreso, al menos parcial, de Juntos por el Cambio. La jugada busca recomponer músculo político y evitar una rendición anticipada ante La Libertad Avanza.
Si bien la mayoría de los dirigentes presentes —bajo la coordinación de Cristian Ritondo— se mostraron proclives a un acuerdo con los libertarios, la interna quedó trabada. Soledad Martínez, intendenta de Vicente López y alfil de Jorge Macri, fue tajante: se negó a cerrar con LLA. Esa postura impidió un pronunciamiento unánime.
De la reunión surgió una idea con peso simbólico: invitar a los intendentes radicales al próximo encuentro. La movida se alineó con las declaraciones recientes del propio Macri desde Balcarce, donde pidió volver a integrar a los radicales en un esquema de gobernabilidad futura. Lejos de una entrega rápida al mileísmo, el expresidente empieza a jugar su tiempo.
En el PRO se entusiasman con la posibilidad de reconstruir JxC en territorio bonaerense con radicales que gobiernan buena parte del interior, peronistas disidentes como los de Schiaretti y aliados que formaron parte de la coalición original que ganó en 2015.
La postura del expresidente también responde a la falta de candidatos competitivos de LLA en la provincia. La idea de Karina Milei de avanzar con acuerdos “por partes” —cerrando con intendentes o figuras del PRO sin pasar por Macri— tiene dos obstáculos: el propio Macri, y su estrategia de esperar.
El líder del PRO apunta a demorar cualquier definición hasta después de las elecciones porteñas. Si logran dejar a Manuel Adorni en un tercer lugar, el cálculo de Macri es claro: serán los libertarios los que deberán ir a pedirle el acuerdo, no al revés.
En el gobierno libertario también hay cautela. Forzar un acuerdo con sectores del PRO podría romper el bloque en Diputados, una línea roja para Milei, que necesita ese respaldo parlamentario hasta diciembre para mantener gobernabilidad. Con eso en mente, por ahora se juega al desgaste mutuo.
Mientras tanto, Macri vuelve a mostrarse como el gran armador. No rompe, pero tampoco entrega. Maneja los tiempos y avisa: si hay acuerdo, será con su sello y en sus términos.
Busca ampliar a cuatro los auditores designados por Diputados y reducir a dos los del Senado. El oficialismo se asegura un lugar.
Fue creada por su propio gobierno tras las denuncias por estafa, pero fue disuelta esta madrugada con un decreto firmado por él mismo y el ministro de Justicia, Cúneo Libarona.
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