Violento ataque a un gremio de la CGT a días de la marcha: destrozaron la oficina de un triunviro y denuncian un "mensaje mafioso"

Un grupo de encapuchados ingresó a la sede del Sindicato del Vidrio, liderado por Cristian Jerónimo. Rompieron las cámaras y arrasaron el despacho principal. La central obrera lo vinculó al rechazo a la reforma laboral y advirtió: "No nos van a amedrentar".

Política15 de diciembre de 2025Sección PaísSección País
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El clima de tensión social sumó un episodio de gravedad institucional este lunes. En vísperas de la movilización convocada para rechazar la reforma laboral del Gobierno, la Confederación General del Trabajo (CGT) denunció un violento ataque contra la sede del Sindicato de Empleados de la Industria del Vidrio y Afines (SEIVARA), conducido por Cristian Jerónimo, uno de los secretarios generales de la central obrera.

Desde la cúpula sindical descartaron la hipótesis de un robo al voleo y le atribuyeron al hecho una intencionalidad política directa. "Resulta ingenuo creer que este hecho responde a un simple delito policial y no a un intento de amedrentamiento hacia todo el movimiento obrero", alertaron a través de un comunicado, asegurando que la entidad "dará las peleas que tenga que dar hasta las últimas consecuencias".

El ataque ocurrió durante la madrugada en el edificio gremial ubicado en la avenida Juan de Garay 371, en el barrio porteño de San Telmo. Según precisaron desde SEIVARA, un grupo de personas encapuchadas y aún no identificadas ingresó por la fuerza a través de un edificio lindero.

La mecánica del operativo sugiere planificación: los intrusos "rompieron las cámaras de seguridad" para evitar ser identificados y se dirigieron a un objetivo puntual. "La oficina de Jerónimo fue destruida y arrasada", detallaron fuentes del sindicato, describiendo un escenario de vandalismo focalizado en la figura del dirigente.

Para la CGT, el episodio no puede desligarse del "contexto político" actual, marcado por la resistencia de los gremios a la iniciativa que el oficialismo pretende aprobar en el Congreso antes de fin de año. La central obrera calificó lo sucedido como un "claro mensaje de intimidación" que, por el "profesionalismo de los delincuentes", excede las características de un delito común.

"Retrotrae a viejas prácticas que creíamos superadas", lamentaron en el comunicado, haciendo hincapié en que los responsables destrozaron "todo a su paso".

Lejos de desactivar la protesta, el ataque parece haber abroquelado a la dirigencia. La CGT remarcó que el hecho ocurrió "en las vísperas de la movilización que se llevará a cabo este jueves 18 de diciembre" y lanzó una advertencia al poder político: "No nos van a amedrentar. Esta CGT no dará ni un paso atrás en la defensa de los derechos de los trabajadores".

Finalmente, tras solidarizarse con Jerónimo —quien ya pidió a la Justicia que se "investigue a fondo"—, la conducción sindical concluyó que estos "mensajes de odio y antidemocráticos" solo logran "reforzar la unidad de pensamiento y acción" del movimiento obrero.

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