Denuncian censura digital en Hurlingham para silenciar críticas a La Cámpora

Vecinos del distrito gobernado por Damián Selci denuncian que la intendencia controla grupos de WhatsApp y usa trolls en redes para bloquear reclamos por inseguridad y encubrir la gestión municipal.

Política11 de marzo de 2025Sección PaísSección País
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En Hurlingham, la estrategia digital de La Cámpora bajo la gestión de Damián Selci ha generado preocupación entre los vecinos, que denuncian censura en grupos de WhatsApp, el uso de trolls en redes sociales y una maquinaria digital orientada a silenciar críticas y amplificar la propaganda oficial del municipio.

Censura en grupos vecinales y control del discurso

Un ejemplo concreto es el grupo de WhatsApp "Vecinos de Villa Club", donde los residentes comparten información sobre el barrio. A simple vista, parece un espacio abierto de discusión, pero cualquier crítica a la gestión local es eliminada de inmediato.

Los administradores, alineados con el oficialismo, introducen constantemente contenido propagandístico tomado de las redes municipales. Si algún vecino cuestiona estos mensajes o expone problemas de inseguridad, es censurado o incluso expulsado del grupo con la excusa de que "no se habla de política". Sin embargo, esta regla no se aplica cuando los mensajes favorecen a la intendencia.

Trolls en redes sociales: desviar el debate y encubrir la gestión

En plataformas como Facebook y X (ex Twitter), el oficialismo recurre a una red de cuentas falsas y militantes digitales para desviar cualquier debate incómodo. Ante denuncias sobre inseguridad o críticas a la administración municipal, aparecen comentarios calcados que buscan minimizar los problemas y desviar la atención.

"Milei no le pasa plata al municipio", es una de las respuestas que se repite en cada publicación donde un vecino señala deficiencias en la gestión de Selci. De esta manera, cualquier reclamo concreto sobre Hurlingham se diluye en una discusión sobre la política nacional, evitando que el intendente asuma responsabilidades.

¿Cuánto dinero municipal se destina a esta maquinaria digital?

Esta estrategia de censura y manipulación digital ha generado un clima de autocensura en Hurlingham, donde muchos vecinos prefieren callar antes que ser atacados o expulsados de los espacios de discusión comunitaria.

El uso de estos mecanismos recuerda a regímenes autoritarios donde solo el discurso oficial tiene cabida. La gran incógnita es cuántos recursos municipales se están destinando a sostener esta red de control digital, y si la estructura de comunicación del municipio está siendo utilizada para encubrir problemas en lugar de solucionarlos.

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