Ni helicóptero ni foto: el Gobierno culpó a una “falla técnica” por la ausencia de Trump

El regreso sin foto encendió el malhumor en Casa Rosada. El presidente Javier Milei viajó a Miami con la expectativa de mostrarse junto a Donald Trump en la gala American Patriot, pero el encuentro no ocurrió y, desde el entorno libertario, salieron a explicar el faltazo con una excusa que no convenció ni siquiera a propios: un problema técnico en el helicóptero del exmandatario norteamericano.

Según relataron fuentes cercanas al Presidente, el equipo de seguridad de Trump habría detectado una falla en una de las llantas del helicóptero que suele utilizar —el llamado “Marine One”—, lo que demoró su salida y lo hizo llegar tarde al torneo de golf Doral, donde tenía agenda previa. La versión circuló con fuerza desde la noche del miércoles, cuando se confirmó que Milei, Karina y Caputo ya estaban volviendo a Buenos Aires.

Lo cierto es que, aunque en el evento circulaban rumores de que Trump pasaría por la gala, la delegación argentina se retiró tras la premiación del mandatario argentino. Las cámaras oficiales captaron la condecoración, el breve paso por la alfombra y el discurso. Pero no hubo saludo, ni apretón de manos, ni imagen conjunta. La postal deseada se volvió humo.

Desde la organización del evento confirmaron que Trump llegó al lugar pasada las 23. En cambio, el avión de regreso de Milei partió a las 0:39 desde Miami, lo que indica que apenas hubo margen para cruzarse con el republicano.

El canciller Gerardo Werthein, uno de los diseñadores del viaje, fue quien armó la comitiva y ajustó el cronograma relámpago que culminó con la entrega del premio “León para la Libertad”. En paralelo, medios estadounidenses confirmaron que Trump debió trasladarse en otra aeronave alternativa y lo hizo con su característica gorra roja de campaña.

En Balcarce 50 algunos se preguntan si valió la pena. La ausencia de la foto, los memes por la fallida cumbre y las críticas internas por el exceso de giras exprés sin rédito político vuelven a reavivar el debate: ¿vale cruzar el continente por una placa y una selfie?

La respuesta, por ahora, parece estar en el aire. Como el helicóptero de Trump.