Nueva renuncia en el Gobierno: Alberto Baños dejó la subsecretaría de Derechos Humanos

El ahora exfuncionario es muy cercano al ministro Mariano Cúneo Libarona, y los rumores ligan su salida a la posibilidad de que el titular de la cartera de Justicia también abandone pronto el Ejecutivo de Javier Milei.

Política04 de diciembre de 2025Sección PaísSección País
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El subsecretario de Derechos Humanos, Alberto Baños, presentó su renuncia al cargo, en un nuevo capítulo de los recambios dentro del Ejecutivo nacional de cara a la segunda etapa del mandato de Javier Milei. La dimisión se produce en un área estratégica y sensible dentro del Ministerio de Justicia, en un momento de fuerte tensión interna y reacomodamientos ante las reformas de "segunda generación". Baños es una figura muy cercana al ministro Mariano Cúneo Libarona, y su salida ha alimentado rápidamente los rumores de que el ministro también podría dejar el Gobierno pronto, tras los recientes vaivenes en la gestión.

La subsecretaría de Derechos Humanos, encargada de coordinar la protección y promoción de los derechos fundamentales, es uno de los espacios más cuestionados por la oposición y entidades de la sociedad civil, que consideran deficitaria la administración de La Libertad Avanza en esta materia. Hasta el momento, el ministerio de Justicia no ha emitido un comunicado oficial sobre la renuncia ni ha adelantado quién será el reemplazante de Baños.

Reducción del 30% y choque con organismos de DDHH

El exjuez se hizo cargo de la subsecretaría desde el inicio de la gestión de Milei, bajo cuyo mandato el área fue degradada de secretaría a subsecretaría. En mayo de este año, además, el Presidente decidió reducir el personal en un 30% y su estructura en un 40%, lo que, según el vocero presidencial, Manuel Adorni, representaba "un ahorro de 9 mil millones de pesos" por año.

El Gobierno ha cuestionado sistemáticamente las políticas de Derechos Humanos desarrolladas desde el regreso de la democracia, asegurando que la cartera se encargará de "garantizar todos los derechos humanos y no defender un sector ideológico partidario". El punto de mayor rispidez ha sido la puesta en duda de la cifra de 30.000 desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar (1976-1983).

Baños se había presentado ante el Comité Contra la Tortura de Naciones Unidas el mes pasado, donde cuestionó el número de detenidos bajo los gobiernos de facto, lo que le ganó el repudio de organismos como Abuelas de Plaza de Mayo. Allí sostuvo que la gestión actual cumple con una "memoria amplia, no como pretenden algunos ideólogos del pasado", negando despidos y calificándolos de "retiros voluntarios". Además, apuntó duramente contra los organismos de derechos humanos, en particular el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), denunciándolos por aportar información falsa. "Lamentablemente, más allá de que a muchos no les guste, se hizo un negocio de la defensa de los derechos humanos y nosotros no lo vamos a tolerar", aseguró Baños, remarcando que su gestión se inclinaba "por un sistema de memoria completa, no soslayada, no sesgada".

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