CGT: tras amagar con renunciar, Moyano puso condiciones y sigue

28 de septiembre de 2022 Sección País Sección País
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Pablo Moyano amenazó ayer con un portazo en el triunvirato de la CGT, pero finalmente decidió continuar en la mesa de conducción que comparte con Héctor Daer y Carlos Acuña.

La decisión del camionero se conoció durante la tarde del martes, tras una tensa y extensa reunión que mantuvo con sus aliados del Frente Sindical en la sede del sindicato de Camioneros.

La salida de Moyano estuvo a punto de precipitarse luego de que los otros dos miembros de la cúpula de la CGT cenaran con Alberto Fernández en Olivos. El camionero no fue invitado al asado, pero sí estuvieron Armando Cavalieri (Comercio) y los llamados "independientes", como Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias). También estuvo el cuestionado ministro de Trabajo, Claudio Moroni.

En la mañana de ayer, la salida de Moyano se daba como un hecho. Pero en medio de los trascendidos, el dirigente camionero convocó de urgencia a un cónclave a las 15 en su sindicato para tomar una decisión. Buscó el apoyo de los gremialistas que lo acompañan en el último tiempo, principalmente vinculados al kirchnerismo (Mario Manrique, Walter Correa, Omar Plaini, entre otros). Algunos de ellos fueron a la sede camionera en la calle San José.

Finalmente Moyano decidió quedarse en el triunvirato, aunque poniendo como condición que haya nuevos mecanismos institucionales para mejorar su funcionamiento.

Según fuentes sindicales, el temor a que su renuncia debilitara al Frente Sindical en la interna cegetista habría sido determinante para que el camionero se inclinara por seguir en el triunvirato de la CGT.

No obstante, la puerta que Moyano abrió con su amenaza pudo prologar un cisma que vuelva a fragmentar al sindicalismo y que eso derrame al Frente de Todos. En rigor, la cena del lunes en Olivos fue un movimiento para mostrar algún tipo de respaldo al Presidente, cuyo rol se fue desdibujando en las últimas semanas. Pero hay señales más precisas: mientras la CGT respalda a Moroni, Pablo –en sintonía con Máximo Kirchner– lo cuestiona.

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