El triunfo de Lula ilusionó al kirchnerismo y dividió a JxC

Confirmada la victoria del líder del PT en Brasil, se activó el operativo "CFK 2023". Alberto viajará en busca de una foto. La oposición no pudo fijar postura.

31 de octubre de 2022 Sección País Sección País
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Lula Da Silva ganó este domingo el balotaje presidencial en Brasil. El líder del PT obtuvo un 50,80% de los votos y aventajó por casi un punto y medio a Jair Bolsonaro, que sacó el 49,20%. Este resultado tuvo un impacto inmediato en la política argentina, donde el kirchnerismo activó el operativo "Cristina 2023" y Juntos por el Cambio fue incapaz de consensuar un comunicado para pronunciarse al respecto.

Las consecuencias para Argentina de la segunda vuelta en Brasil se dividen entre lo político-partidario y lo relacionado a las relaciones diplomáticas, comerciales e institucionales. Se presume que la vuelta de Lula al Palacio del Planalto tendrá un efecto positivo para las relaciones bilaterales, para encarar de manera conjunta desafíos regionales e, incluso, aspirar a algún auxilio financiero en caso de inestabilidad para encarar el 2023.

Sin embargo, lo político-partidario termina salpicando cualquier interpretación. Así, las tensiones internas quedaron expuestas tanto en el Frente de Todos como en Juntos por el Cambio.

El gesto de Lula poniéndose una gorra con la inscripción "CFK 2023" fue la exteriorización de una ilusión que cruzó al kirchnerismo apenas se conocieron los resultados. En tanto, en el seno de JxC hubo tensión y diferencias ante la derrota de Bolsonaro. La UCR y la Coalición Cívica habían consensuado junto al PRO difundir un comunicado para felicitar al pueblo brasileño y destacar la victoria de Lula, pero Miguel Pichetto decidió no sumarse y hubo tensión.

El rechazo del auditor y líder de Peronismo Republicano derivó en que tampoco la presidenta de PRO, Patricia Bullrich, avalara el comunicado único y la iniciativa naufragara. Mientras, el radicalismo –de Gerardo Morales a Martín Lousteau–, la Coalición Cívica y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, expresaban el reconocimiento por la victoria en sus redes sociales. Más tarde se sumó el expresidente Mauricio Macri.

En el Frente de Todos, en tanto, el kirchnerismo busca emparentar el proceso que atraviesa Cristina con el que vivió Lula. Con la distorsión que provocan la pasión, la fe y a veces el amor, los seguidores de la vicepresidenta interpretan que ambos líderes son víctimas y sobrevivientes del lawfare y que fueron perseguidos por enfrentar al "poder" en beneficio de las mayorías.

Ellos observan que el electorado brasileño eligió a Lula, entre otras cosas, por la memoria emotiva de ocho años de crecimiento, en los que los más vulnerables pudieron salir de la pobreza. El problema que enfrenta Cristina ahora es cómo separarse de la debacle que significó para los sectores medios y bajos el gobierno de Alberto Fernández, con el que la participación de los asalariados en el PBI cayó 8,1%.

Ajena a los movimientos del presidente, CFK se comunicó con Lula y fue una de las primeras en hacerse eco de su triunfo. "Gracias por devolverle la esperanza a nuestra América del Sur", tuiteó. Cerca del líder del PT estaban, entre otros, dos hombres suyos: el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro, y el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla.

Rápido de reflejos, el embajador argentino Daniel Scioli fue al búnker de Lula y le acercó a la oreja el teléfono para que Alberto Fernández lo felicitara. Según contó a LN+, habló segundos después de Joe Biden. En esa conversación le informó que tenía previsto viajar para abrazarlo y tener su propia foto. A Fernández lo acompañará una comitiva pequeña, donde sólo se destaca el canciller Santiago Cafiero.

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