Autos, yates y aviones: la última foto que deja el kirchnerismo

Análisis y opinión 08/10/2023 Luis Gasulla Luis Gasulla
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Nadie puede pronosticar el resultado de las próximas elecciones. Menos aún, luego del ChocolateGate y del YateGate. Martín Insaurralde no era un político más. Era el rostro del PJ que se alineó a La Cámpora para sobrevivir a mediados del 2012, tras la muerte de Néstor Kirchner. 

De ser un "valijero" de Eduardo Duhalde, consiguió la sorpresiva renuncia de Jorge Rossi para adueñarse del municipio de Lomas de Zamora, el segundo distrito con más electores luego de La Matanza. Se hizo conocido de la mano de Jésica Cirio, una vedette con un pasado que necesitaba mantenerse oculto. Para Cirio, la política fue la manera de convertirse en Señora. Para Martincho, el romance fue transformarse en un hombre de familia. 

Insaurralde tenía terminales en el negocio del juego en la Provincia, impulsaba la instalación de bingos en el conurbano más pobre en favor de Daniel Mautone, recaudaba con la La Salada de Jorge Castillo y empezaba a crear una red de empresas de obra pública amigas como Servilum y Barón Negocios Inmobiliarios

En aquellos tiempos, entrevistar a Insaurralde en los grandes medios era muy difícil. Insaurralde, por orden de Cristina y Máximo, había sido elegido como primer candidato a diputado nacional para enfrentar a Sergio Massa. Alguien que lo conocía como nadie me pedía a gritos: "¿Cuándo van a investigarlo a Insaurralde?" Yo arrancaba a coquetear con apariciones en los grandes medios, terreno donde el barón de Lomas era intocable. Menos para Lilita Carrió.

A las risas generales, el ataque por "loca" o "sucia" y el armado de causas judiciales en contra, Carrió le puso el pecho solita. Incomprendida en su momento, el tiempo le dio la razón. Del otro lado se enfrentaba con el poder con cara de buenito y un Marcelo Tinelli siempre dispuesto a hacer los deberes.

Todavía queda mucho por investigar sobre Insaurralde. Sus vínculos con su otrora enemigo Massa a través de "Chiqui" Tapia. Del CEAMSE a los vuelos privados. Sus viajes por el mundo, sus vínculos con el mundo barra brava. En Lomas circuló mucho dinero en estos años. ¿Acaso qué fue Lomitas Street? Una millonaria galería en la que la farándula se abrazó con el que nunca pudo ser candidato a gobernador de la provincia más desigual del país. Coppola, vedettes, abogados mediáticos, farándula, todos pasaron por ahí. ¿Nadie sabía?

Tras el escándalo y la imputación judicial, Jesica Cirio decidió mirar para otro lado, salvar su imagen y trabajar para evitar que la batalla no la ganen los honestos. Ya tiene a Fernando Burlando para hacer "control de daños", como ya lo hizo en Chaco con el caso Cecilia. Podía convertirse en Hilda Horovitcz, la expareja de Oscar Centeno, el chofer de Baratta, o Laura Muñoz, la ex de Vanderbroele, el testa de Boudou en el caso Ciccone. Decidió seguir siendo Cirio como, en su momento, hizo Verónica Lozano con Jorge "Corcho" Rodríguez.

El mundo está convulsionado. Ayer fue un trágico día para el planeta. Se trata, posiblemente, del 11 de septiembre de Israel. La Argentina no puede ser neutral. 

Con la corrupción, menos que menos.

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