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Un triunfo oficialista que nadie midió, la Boleta Única que desarmó vicios del Conurbano, el boomerang del desdoblamiento, la pulverización de la “tercera vía”, el reordanamiento de la interna libertaria y un lunes económico que exige más que épica.
Análisis y opinión27 de octubre de 2025
Camilo Cagnacci
En los días previos a la elección, el Gobierno firmaba perder por menos de dos dígitos en la provincia de Buenos Aires y consagrarse como primera minoría a nivel nacional. Funcionarios de jerarquía, incluso, temían que un traspié electoral pudiera hacer “caer” a la administración de Javier Milei. “Si no tenés el Congreso, tampoco la Justicia y encima perdés el apoyo de la gente…”, razonó uno de ellos ante este periodista. Sin embargo, pasadas las 21 de ayer el oficialismo se encontró con un escenario impensado: no sólo rozó los 41 puntos a nivel nacional, sino que Diego Santilli terminó logrando un triunfo épico sobre un peronismo que, hace apenas 49 días, había ganado las elecciones provinciales por 14 puntos. ¿Qué pasó?
1. Entre el 7 de septiembre y el 26 de octubre, el peronismo perdió más de 1,3 millones de votos en la provincia de Buenos Aires. En ese lapso, el Gobierno padeció una corrida cambiaria, un salvataje de Estados Unidos, escándalos y renuncias en medio de una interna descontrolada. Paradójicamente, esa fragilidad pudo activar un reflejo defensivo en parte del electorado que eligió sostener a Milei.
2. La Boleta Única de Papel cambió la lógica de campaña. El peronismo milita con la boleta en la mano; con la BUP esa maquinaria perdió tracción. Aun con fotos como la del renunciado candidato José Luis Espert en la provincia de Buenos Aires o la de Lorena Villaverde en Río Negro —ambos bajo fuego por el caso “Fred” Machado—, el nuevo formato neutralizó el aparato.
3. El desdoblamiento que en septiembre le dio aire a Axel Kicillof, en octubre le jugó en contra: ya cubiertos, los intendentes trabajaron a reglamento. Y la paliza de septiembre reavivó el miedo al regreso kirchnerista en sectores que habían “prestado” el voto a Milei en 2023 y hasta ayer dudaban si volver a hacerlo. ¿Cristina tenía razón al rechazar el desdoblamiento? Dilemas de un diseño atrapado por su propio éxito.
4. El resultado consolidó la polarización “Milei vs. kirchnerismo” y pulverizó la tercera vía de Provincias Unidas, que prometía arbitrar el “segundo tiempo” del gobierno libertario. El espacio liderado por Maximiliano Pullaro, Martín Llaryora, Nacho Torres, Carlos Sadir, Claudio Vidal y Gustavo Valdés apenas arañó el 7% a nivel nacional, con caídas duras en su núcleo duro (Córdoba y Santa Fe). Así las cosas, podrían pasar pronto de "dialoguistas" a sometidos.
5. Un dato matemático que duele en el PJ bonaerense: sólo con contener al intendente de Esteban Echeverría, Fernando Gray, cuya lista cosechó el 0,9% de los votos, podría haberse evitado la derrota en la Provincia. Y si además se hubiese sumado a desprendimientos del ex Frente de Todos como Ricardo Alfonsín o Alberto Samid, la película definitivamente hubiera sido otra. Ayer el kirchnerismo pagó caro su sectarismo.
6. Los “ñoños republicanos” también quedaron atrapados en la polarización. Los desencantados con el acuerdo sellado entre el PRO y La Libertad Avanza que migraron hacia Potencia se quedaron sin representación. En la Provincia, María Eugenia Talerico terminó 10ª; en la Ciudad, Ricardo López Murphy quedó a poco más de 30 mil votos de renovar su banca y ese escaño fue para Martín Lousteau (Provincias Unidas).
7. En el poroteo fino, el peronismo casi no perdió diputados y cedió solo cuatro senadores. Políticamente, el golpe no fue terminal. Pero el impacto visual de ver Buenos Aires, Santa Fe, Chubut y Chaco pintadas de violeta fue demoledor.
8. En el plano interno, el resultado agrandó a los Menem (junto a Karina Milei) y validó la tesis de ir contra gobernadores con candidatos propios frente al acuerdismo promovido por Santiago Caputo: enfrentaron 19, ganaron 11. Señal: Karina se mostró con Martín Menem. Aun así, Milei volvió a poner a su lado a su asesor estrella; sin el poder total que se proyectaba, permanecerá en el centro de la toma de decisiones. ¿Desplazará a Guillermo Francos? En lo inmediato, no.
9. El resultado le quita presión al dólar y, en parte, valida el rescate de la administración Trump. También oxigena al ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, cuyo traje ya se probaba "el coloso" Federico Sturzenegger.
10. El envión electoral no borra el cuadro duro: habrá más ajuste y vencimientos exigentes, mientras el esquema monetario sigue prendido con alfileres. Milei promete reformas y tendrá que cumplir; el peronismo necesita algo más que discutir fechas: releer el humor social, actualizar su oferta y ordenar liderazgos. Si la autocrítica se limita al desdoblamiento, perderán tiempo. Y las próximas elecciones.

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Mientras el país debatía si una docena de empanadas cuesta o no $48.000, La Nación reveló que la SIDE planea avanzar sobre periodistas y críticos.

Con Neiffert de salida, el jefe de Gabinete busca coronar a José Luis Vila; el asesor presidencial apuesta por José Francisco Lago Rodríguez para preservar la arquitectura actual. En la segunda línea se mueven Diego Kravetz, Alejandro Colombo y Alejandro Cecati.

Con más del 90% escrutado, LLA se queda con dos de las tres bancas al Senado por la Ciudad y Mariano Recalde obtiene la restante. En Diputados, Alejandro Fargosi gana con 47,44% y proyecta 7 bancas para el oficialismo nacional; Fuerza Patria retiene 4, el FIT-U 1 y Ciudadanos Unidos 1.

El radicalismo se desdibujó entre estrategias provinciales y fugas al nuevo “centro” de gobernadores: cayó a 6 diputados y 9 senadores. La Coalición Cívica perdió todo lo que puso en juego y solo conservará 2 bancas hasta 2027. Lousteau entró por Ciudadanos Unidos pero se aleja del bloque radical.

En CABA, obtuvo poco más de 65 mil votos (4%) para diputados y quedó quinta; para senadores apenas superó el 1%. En la provincia de Buenos Aires, la alianza de corte republicano terminó décima.

Según Pablo Semán, el resultado no se explica por encuestas ni por táctica de campaña sino por una mutación social de al menos 15 años. El sociólogo señaló la desafección con el Estado, la individualización de los sectores populares, la desmovilización peronista en la Provincia y el colapso del “centro”. Adviertió: el apoyo a Milei es crítico y condicional.



