La obsesión del kirchnerismo por la mentira

Análisis y opinión 28 de enero de 2024 Luis Gasulla Luis Gasulla
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El aparato comunicacional kirchnerista ingresó en su etapa más lamentable de existencia: la mentira por la mentira misma. El ocultamiento de la realidad por parte del enorme aparato de propaganda kirchnerista es tan grande que decidieron girar la cámara en medio de la agresión a una mujer en la marcha orquestada por la CGT. 

La historia es sorprendente pero real. Un móvil de C5N realizaba la cobertura del acto organizado por los millonarios sindicalistas de la CGT con Pablo Moyano a la cabeza cuando una joven comerciante que pasaba por allí gritó: "Vayan a laburar". De repente, los enfervorizados manifestantes la rodearon y la sacaron a empujones. Allí estaba la noticia pero el cronista y su equipo decidieron dejar a la joven agredida a la buena de Dios. Este domingo en "Por las Buenas" por Radio Rivadavia, entrevisté a la joven que relató los golpes que recibió con la fortuna que un hombre decidió frenar la locura. Pero el odio no se apagó allí. Cuando la mujer agredida reposteó en sus redes sociales el video viral con el simple comentario de "estoy bien", los trolls K la empezaron a amenazar. Yazmín Mikati realizó la denuncia correspondiente.

El hecho demuestra hasta dónde puede llegar la línea editorial de un medio cuando pisotea cualquier manual periodístico. La noticia eran los empujones, la golpiza y la cámara podía evitarlo pero el relato era más fuerte y no se podía mostrar el ataque cobarde, entre varios, a una simple mujer que no estaba de acuerdo con parar el país.

El feminismo fanático no dijo nada. Como hicieron con Lucio Dupuy pues la historia involucraba a dos mujeres que simpatizaban con el pañuelo verde e iban a charlas organizadas por el Ministerio de la Mujer. No se puede ser buen periodista si no sos una buena persona me dijo alguna vez Gabriel Levinas. Tiene y tenía razón.

A esta hora, un anónimo que se presenta como "Editor" publica en redes sociales el listado de periodistas que coquetean con trolls para respaldar el discurso de Javier Milei. Lo insólito es que al anónimo lo levanten medios financiados por la corrupción kirchnerista como si fuese Umberto Eco.

En lo personal, cuando el personaje en cuestión, escribió una mentira sobre mí -son varias que perdí la cuenta- decidí escribirle en privado con la educación  y paciencia que suelo tener en estas situaciones. Creo en la buena fe de las personas. El anónimo no contestó. Lo leyó pero no contestó. Eso hacen los cobardes o los mercenarios que escriben para ensuciar a los periodistas que investigamos al poder. 

El poder sigue siendo el kirchnerismo, los sindicatos corruptos y los mafiosos de ayer, hoy y siempre. 

El ladrón cree que todos son de su condición.

El anónimo tuitero no es solo eso cuando lo usan como fuente de vaya a saber qué los medios financiados por la plata de la corrupción K.

Así funciona el relato en su fase terminal. 

Mentir por mentir. Ensuciar a todo aquel, periodista y/o ciudadano, que no piensa como ellos. Más aún, que decide enfrentarlos sin tener miedo a sus ataques, en redes, de palabra o físicos como sufrió Mikati

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