La semana de Milei

Análisis y opinión 04 de febrero de 2024 Luis Gasulla Luis Gasulla
JM-Telam

Cuando la votación por la Ley Ómnibus se demoraba y el debate parecía extenderse hasta el infinito, un legislador radical confesó que "podía pasar cualquier cosa". Los interlocutores con Casa Rosada no respondían, los cambios que se introducían parecían no alcanzar y los 129 votos afirmativos parecían inalcanzables. 

Pero no sucedió. La primera contienda en la Cámara de Diputados fue para Javier Milei y su minúsculo grupo de diputados que fue respaldado, desde los votos y, fundamentalmente, desde lo argumentativo por Juntos por el Cambio. A pesar de las diferencias internas y la separación en varios bloques, Juntos por el Cambio siguió unido con las excepciones de Margarita Stolbizer y Facundo Manes. 

Párrafo aparte merece el neurocientífico que despotricó contra los liderazgos mesiánicos pero se cree un iluminado. En su entorno aseguran que la bronca principal de Manes con Milei es que el libertario ocupó el lugar en la sociedad que él creía que sería suyo: El antisistema, el antipolítico que venía a unir a los argentinos, alejado de los ismos... En fin, Manes sigue siendo Manes. No es confiable para la clase política y tampoco para el votante. De allí la merma de votos que obtuvo en el 2021 y los que obtendría en la actualidad.

Milei viaja a Israel con la tarea cumplida. Paseó por Mar del Plata la extraña fama que lo acompaña, entre un rock star y una celebrity. En un momento de la carrera política de Mauricio Macri, pasó algo similar pero su mochila era mucho más pesada que la del libertario: El apellido. Milei puede presentarse como fuera de un sistema corrupto y envejecido aunque, hace años, pertenezca a él, desde otro lugar. 

Todo lo que suceda de ahora en más, es ganancia para el libertario. Pudo derrotar a una oposición consolidada desde el número pero apática en lo discursivo. Las argumentaciones de los diputados de Unión por la Patria se convirtieron en nemes en redes sociales. Desde la obsesión de Cecilia Moreau por los ascensores hasta la diputada riojana que habló de un Donald Trans. 

El gobierno cuenta con un ancho de bastos en la Seguridad. Lo de Patricia Bullrich es un hallazgo para el gobierno libertario. Supo llevarse las marcas con un despliegue en el operativo de las fuerzas de seguridad que garantizó la atención y, a su vez, por largas horas, mantuvo la circulación del tránsito. No hubo que lamentar heridos de gravedad con la excepción de la bala de goma que recibió un abogado que trabaja para los diputados de izquierda. 

El kirchnerismo hizo un papelón con Máximo Kirchner a la cabeza. Quisieron abrazarse a la multitud que no era tal, en la Plaza, y se fueron corridos por manifestantes de izquierda que les preguntaban por Daniel Scioli. 

El posible, luego de semejantes fotografías de la realidad, que el gobierno consiga un número que respalde la ley en el Senado de la Nación. En Diputados, el gobierno deberá ajustar las tuercas, fundamentalmente, de Martin Menem que pareció indeciso y demasiado sereno, por momentos. Pero de esas cualidades terminó haciendo su mayor virtud. El tiempo dirá si los muchachos K no se lo comen crudo.

Pichetto demostró porque es Pichetto. Es el jugador que no puede faltar. La Ley obtuvo media sanción por los Pichetto y Ritondos del Congreso. Entienden los tiempos del debate. Hasta Germán Martínez, jefe de la bancada de UXP, debe haber sentido una sana envidia del histórico legislador. Es la cara de la Casta política en el buen sentido de la palabra. Un profesional de la palabra. Los libertarios deberían, con algunas excepciones, aprender del peronista que sacudió con altura al ex canciller Santiago Caputo. 

Esto recién empieza. Los primeros dos meses de gestión de Milei terminan con un saldo positivo para su gobierno. A pesar del enorme ajuste, la inflación y la recesión, la sociedad lo sigue acompañando. Esto es semana a semana...

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