El presidente de la Cámara baja reconoció a la UCR como segunda minoría y el jefe del bloque FDT amenazó con denunciarlo; la vice se la dio a su nuevo bloque.
20 de abril de 2022
Sección País
En medio del escándalo que desató su jugada para arrebatarle una silla en el Consejo de la Magistratura a la oposición, Cristina Kirchner designó a uno de sus alfiles, Martín Doñate, como representante del Senado ante el organismo encargado de seleccionar, sancionar y remover jueces. En tanto, Sergio Massa aceptó que en la Cámara baja el cupo de la segunda minoría le correspondía a la UCR y oficializó a la diputada Roxana Reyes.
Así, el kirchnerismo tendrá 4 de los 8 legisladores que integran el Consejo. Mientras que Juntos por el Cambio se quedará con tres lugares, y el restante seguirá en manos de la peronista Graciela Camaño.
Doñate forma parte del bloque Unidad Ciudadana, creado ayer en el Senado como parte de una ruptura coordinada de la bancada del Frente de Todos para quedarse con la primera y tercera fuerza de la Cámara.
La vicepresidenta envió esta tarde su notificación como consejero a la Corte Suprema y rechazó el debate sobre la viabilidad de esa maniobra, que Juntos por el Cambio amenazó con judicializar.
Pero Massa se diferenció de Cristina y reconoció a la UCR como tercera fuerza en Diputados, ignorando la carta del jefe del bloque Frente de Todos, Germán Martínez, quien había pedido debatir los criterios de selección de los representantes en la Magistratura, teniendo en cuenta que en 2018 se permitió una negociación libre entre las fuerzas parlamentarias.
Ante esto, Martínez salió a manifestar públicamente su desacuerdo con el titular de la Cámara baja " respecto a la designación de la diputada nacional Reyes", anticipó que analizará con su equipo jurídico "la posibilidad de realizar una impugnación" de la resolución y advirtió: “Me reservo también la posibilidad de –si los hechos lo ameritan- poder hacer la denuncia en sede judicial”.
Lo dijo al anunciar la renovación del swap con China y alimentó rumores de un inminente cambio de régimen tras el acuerdo con el FMI.
El dato fue más alto que el esperado y alimenta el recálculo del mercado. El Gobierno ya había prometido que no habría volantazos con el dólar, pero el acuerdo con el FMI obliga a repensar todo.
El dólar oficial podrá moverse entre $1.000 y $1.400 con una banda móvil que se ajustará 1% por mes. También se elimina el blend y se flexibiliza el acceso a divisas.