Proponen incentivos para donar alimentos y castigos por desperdiciarlos sin razón

El proyecto fue presentado por el diputado Oscar Agost Carreño. Plantea beneficios fiscales, una red de redistribución y multas para quienes tiren comida apta.

Política27 de mayo de 2025Sección PaísSección País
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En Argentina se tiran más de 16 millones de toneladas de alimentos por año mientras millones de personas no acceden a una dieta mínima. Para revertir esa paradoja, el diputado cordobés Oscar Agost Carreño (Encuentro Federal) presentó un proyecto de ley que busca reducir el desperdicio mediante la donación, el reciclaje y la economía circular.

“La paradoja es inaceptable. Somos uno de los mayores productores de alimentos del mundo, pero aún no tenemos una legislación que fomente el aprovechamiento de los excedentes”, planteó el legislador.

Donar, no desechar

El proyecto prevé incentivos fiscales para empresas que donen sus excedentes: reducción del impuesto a las Ganancias y de las cargas patronales, con una escala que favorece más a pymes. También se creará una plataforma nacional de redistribución, que articulará con bancos de alimentos y organizaciones sociales.

Además, se impulsa un sello distintivo de responsabilidad social, que dará beneficios como prioridad en licitaciones estatales o acceso a créditos blandos.

“Donar no puede ser más costoso que tirar. Esta ley busca revertir esa lógica”, resumió Agost Carreño.

Castigos si tirás sin justificar

La iniciativa contempla sanciones para quienes desechen alimentos aptos sin una causa debidamente justificada. Las infracciones leves recibirán advertencias con asesoramiento. Las más graves podrían implicar multas graduadas, según la cantidad descartada, la reincidencia y otros criterios.

También se promueven usos sustentables para lo no comestible: compost, biogás o alimentos para animales.

Un cambio cultural

El proyecto incluye campañas de concientización en escuelas, hogares, restaurantes y supermercados. El objetivo es instalar buenas prácticas y fomentar el consumo responsable.

“Esto no es solo una ley: es una invitación a cambiar de mentalidad. Dejar de vivir como si la comida sobrara siempre y entender que cada plato que se desperdicia es una oportunidad que alguien perdió”, cerró el diputado.

La pelota ahora la tiene el Congreso. Y el reloj, quienes siguen esperando un plato lleno.

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