Senado: LLA triplica bancas y queda a 5 del “tercio”; el PJ cae a 28 y la llave pasa a los dialoguistas

El oficialismo pasará de 7 a 20 senadores desde el 10 de diciembre. El peronismo bajará de 34 a 28. UCR (9), PRO (6), “Provincias Unidas” (3) y bancadas provinciales (6) serán el árbitro de la nueva etapa. Crece la puja interna oficialista en torno a la jefatura de bloque y la presidencia provisional.

Política26 de octubre de 2025Sección PaísSección País
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La elección reconfiguró de raíz el mapa del Senado. Tras semanas ásperas para el oficialismo, La Libertad Avanza dio su salto más grande desde que llegó al poder: casi triplicó su representación y pasará de 7 a 20 bancas a partir del 10 de diciembre. El número no alcanza todavía para el tercio bloqueador —25 votos— ni para el quorum propio —37—, pero deja a Javier Milei a un par de acuerdos de blindar iniciativas clave. En la vereda opuesta, el peronismo sufrió una caída histórica: bajará de 34 a 28 escaños, por debajo de su piso clásico de 30, y deberá decidir si apuesta al bloqueo selectivo o si abre una etapa de pragmatismo con gobernadores como pivote.

Con ese cuadro, la llave de la gobernabilidad se desplaza hacia los dialoguistas. La UCR quedará con 9 senadores, el PRO con 6, las bancadas provinciales sumarán 6 y la marca Provincias Unidas, 3 por ahora, podría crecer si hay reordenamientos. Ningún proyecto relevante saldrá sin una ingeniería de alianzas caso por caso, y esa aritmética también tensará hacia adentro del oficialismo: la vicepresidenta Victoria Villarruel deberá administrar un bloque libertario ampliado y la proyección de una Patricia Bullrich fortalecida en CABA, que ya suena para disputar la jefatura de bancada —hoy en manos del jujeño Ezequiel Atauche— o, incluso, la presidencia provisional del Cuerpo.

Del lado de Fuerza Patria, el revés golpea a la conducción. La campaña orbitó alrededor de la agenda política-judicial de Cristina Kirchner —que condujo a control remoto desde su prisión domiciliaria— y el resultado dejó bajo la lupa a José Mayans, más inclinado al diálogo con mandatarios, y a las referentes ultra K Anabel Fernández Sagasti y Juliana di Tullio. La incógnita inmediata es qué harán los gobernadores justicialistas: si mantendrán la disciplina cerrada o habilitarán tratos puntuales con el oficialismo para defender intereses provinciales.

Provincia por provincia asoma el nuevo mosaico. En la Ciudad de Buenos Aires, LLA se llevó la mayoría con Patricia Bullrich y el economista Agustín Monteverde; Mariano Recalde retuvo la minoría por Fuerza Patria. Entre Ríos también quedó para los libertarios con Joaquín Benegas Lynch y Romina Almeida, y el peronista Adán Bahl ingresará por la minoría. En Chaco, la alianza LLA–UCR se impuso con Juan Cruz Godoy y Silvana Schneider, mientras Jorge Capitanich ocupará la banca por la minoría. Salta repartió dos para LLA —María Emilia Orozco y Gonzalo Guzmán Coraita— y una para Flavia Royón, por el sello provincial Primero los Salteños. Río Negro fue la excepción a la ola violeta: ganaron los kirchneristas Martín Soria y Ana Marks; la minoría quedó en manos de la libertaria Lorena Villaverde. Neuquén dio mayoría a LLA —Nadia Márquez y Pablo Cervi— y la minoría a Julieta Corroza por “La Neuquinidad”. En Santiago del Estero, el Frente Cívico de los Zamora colocó a Gerardo Zamora y Elia Esther del Carmen Moreno, con José Neder —aliado K— por la minoría. En Tierra del Fuego, la sorpresa libertaria dejó a Agustín Coto y Belén Monte de Oca por la mayoría y a Cándida López en la minoría K.

El operativo logístico dejó otra conclusión: la Boleta Única de Papel funcionó con fluidez y aceleró la publicación de resultados, aun con provincias que, en comicios locales, continuaron con la boleta sábana. El conteo ágil contrastó con las críticas de las últimas semanas y corrió de escena el debate técnico en la noche del recuento.

Con 20 bancas, LLA ganó volumen pero seguirá necesitada de acuerdos. El peronismo, con 28, perdió capacidad de bloqueo permanente. Lo que viene es una Cámara alta donde cada ley será una negociación y donde el reparto de poder interno —presidencia provisional, jefaturas de bloque, comisiones— valdrá tanto como los votos obtenidos en las urnas.

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