A contrarreloj: el Gobierno busca acuerdos en el Senado para aprobar la reforma laboral en la última semana del año

La Libertad Avanza negocia con la UCR y bloques provinciales para emitir dictamen esta semana. El peronismo intenta dilatar el debate con una larga lista de invitados. Patricia Bullrich lidera la estrategia para sesionar entre las Fiestas.

Política13 de diciembre de 2025Sección PaísSección País
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En una carrera contra el calendario, La Libertad Avanza activó el operativo seducción en el Senado con el objetivo de alcanzar los acuerdos necesarios con los bloques dialoguistas y aprobar la reforma laboral en la última semana de diciembre. La estrategia oficialista choca de frente con la del peronismo, que explora recursos reglamentarios para boicotear el proyecto o dilatar su tratamiento hasta el año próximo.

Los tiempos son extremadamente acotados para la Casa Rosada. La vicepresidenta Victoria Villarruel convocó recién para este martes a las 11 a los presidentes de bloques. El fin es acordar la conformación de las comisiones de Trabajo y Previsión Social y de Presupuesto, paso indispensable para que el debate pueda comenzar el miércoles.

El esquema diseñado por el oficialismo implica iniciar la discusión en un plenario de comisiones los días miércoles, jueves y viernes. La meta es emitir dictamen esa misma semana para habilitar el tratamiento en el recinto entre el viernes 26 y el martes 30 de diciembre, en una sesión conjunta donde también se buscará aprobar el Presupuesto 2026.

El principal desafío para la jefa del bloque libertario, Patricia Bullrich, será conseguir la mayoría propia y de los aliados para firmar los despachos y, fundamentalmente, convencer a la UCR, al PRO y a los provinciales de acortar la lista de expositores. Según fuentes parlamentarias, el kirchnerismo exige que exponga un centenar de dirigentes sociales y sindicales, una maniobra de filibusterismo legislativo destinada a extender los tiempos.

Para neutralizar esta táctica y avanzar con rapidez, el oficialismo necesita recortar esa lista a menos de la mitad. Sin embargo, la aritmética es compleja: Bullrich debe asegurar los tres votos del PRO, 10 de la UCR y, por lo menos, tres legisladores de bloques provinciales.

El obstáculo central radica en la presión de los gobernadores. Muchos aliados de origen peronista, como Gustavo Sáenz (Salta), Claudio Vidal (Santa Cruz) y Osvaldo Jaldo (Tucumán), dudan en enfrentar abiertamente a la Confederación General del Trabajo (CGT), que ya convocó a una marcha de rechazo para el jueves a las 15 en Plaza de Mayo.

Ante este panorama, la expectativa de la Casa Rosada apunta a blindar el respaldo de los mandatarios de Chubut, Ignacio Torres, y de Neuquén, Rolando Figueroa, quienes controlan una senadora cada uno. Por el contrario, en el Gobierno ya dan por descontado que no contarán con la colaboración de Gerardo Zamora (Santiago del Estero) ni de Raúl Jalil (Catamarca), quienes se mantienen alineados con la estrategia de bloqueo del peronismo.

El bloque de Unión por la Patria, que cuenta con 28 legisladores, necesita sumar apenas siete senadores más para tumbar la ley o impedir el quórum, y centrará su presión sobre los mismos legisladores provinciales a los que intenta convencer el oficialismo.

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