Sin filtro y a sala llena, Macri presentó su nuevo libro: "Para qué"

Ante más de 1500 personas, el expresidente criticó el discurso "cínico" de los "progres" y destacó la unidad de JxC. "Vamos a volver", le cantó el público.

25/10/2022 Sección País Sección País
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Mauricio Macri encabezó este lunes la presentación oficial de su segundo libro, Para qué, en un evento que convocó a unas 1500 personas en La Rural. Frente a la dirigencia de Juntos por el Cambio, el expresidente desgranó el texto compaginado por el exministro de Cultura Pablo Avelluto, dejó importantes definiciones de cara al 2023 y apuntó contra el discurso "progre".

Macri hizo su ingreso al salón principal de La Rural pasadas las 18.30. Sonaba entonces Back in black, de AC/DC, y lo rodeaba un cordón humano integrado por militantes y twitstars que armó la militante Nora Golías, de Agrupación Ciudadana, cuyo referente es el diputado Hernán Lombardi.

La custodia de la puerta de acceso al recinto fue muy celosa. Tanto que, Hernán Iglesias Illa, uno de los exfuncionarios que estuvo en la "cocina" de Para qué, casi se queda afuera por no tener la cinta que acreditaba su condición de invitado. "Sin la cinta no podés pasar", lo cortó en seco un corpulento pelilargo que vigilaba la puerta. Ofuscado, Iglesias Illa debió ir en busca de una.

Pero el hoy director de Revista Seúl no fue el único que sufrió el desplante de los hombres de negro. Al exgerente de noticias de la TV Pública, Néstor Szclaucero, lo rebotaron por haberse acreditado como periodista. "La prensa todavía no está autorizada", le indicaron. En tanto, el actor Luis Brandoni no pudo ocultar su fastidio cuando le dijeron que el baño más cercano estaba a 100 metros. "¿Me están tomando el pelo? ¿Cuánto me quieren hacer caminar?", se quejó el exdiputado radical.

Adentro ya estaban, entre otros, los empresarios Nicolás Caputo, Cristiano Rattazzi, Alejandro MacFarlane y Leonardo Maffioli; el relacionista público Hernán Nisenbaum; el periodista Ari Paluch; el actor Luis Brandoni; el sindicalista Dante Camaño y los exfutbolistas Norberto Alonso, Diego Cagna y Sebastián Battaglia. 

También la exvicepresidenta Gabriela Michetti; el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta; la titular de PRO, Patricia Bullrich; el exsecretario general de la Presidencia, Fernando De Andreis; los diputados María Eugenia Vidal, Cristian Ritondo, Diego Santilli, Hernán Lombardi, Waldo Wolff, Federico Angellini, Fernando Iglesias, Mario Negri, Martín Tetaz, Ricardo Buryaile, Rodrigo De Loredo y Maxi Ferraro; los senadores Luis Naidenoff y Humberto Schiavonni; el auditor Miguel Pichetto; la exsubdirectora de la AFI, Silvia Majdalani; el expresidente Ramón Puerta; los intendentes Néstor Grindetti, Javier Iguacel y Martín Yeza; el ministro de Gobierno porteño, Jorge Macri; el exministro bonaerense Joaquín De la Torre; y legisladores como Roberto García Moritán, Darío Nieto, Hernán Reyes, Daniel Lipovetzky y Alex Campbell.

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Antes de comenzar, Avelluto remarcó que el libro ya ocupa el primer puesto de los más vendidos en librerías. “Nos habla del interés que ha despertado la discusión”, señaló el exfuncionario.

“Este libro tiene muchas connotaciones que vamos a comentar con Pablo [Avelluto] y ojalá puedan leerlo. Como el anterior, lo hice poniendo el corazón. Quiero agradecerles por estar acá”, comenzó Macri.

“Somos el cambio o no somos nada”, aseguró el expresidente en su charla con Avelluto, frente a la atenta mirada de políticos, empresarios y militantes. “Necesitamos estar convencidos de lo que hay que hacer porque lamentablemente las ideas equivocadas se han impregnado en un grupo de la sociedad, señaló.

Y continuó: “Las piedras van a volver, por eso hace falta tener claro el para qué, porque pone todo en perspectiva”.

Según Macri, el cambio servirá para que “esto se acomode”. “En 1983 teníamos un dígito de pobreza y ahora vamos rumbo al 50%. No defendamos más estas ideas, vamos por algo nuevo”, subrayó.

La conversación entre Macri y su entonces ministro de Cultura quedó intercalada por observaciones y preguntas de personalidades del mundo. Entre ellos, el expresidente de Colombia, Álvaro Uribe, y el exprimer ministro de Australia, Malcolm Turnbull. Además, también participaron amigos desde su infancia y su círculo íntimo en Boca.

El expresidente, que ocupó mucho de su relato en sus anécdotas como presidente de Boca, también recordó su secuestro, que es parte del comienzo de su libro. “Después de las primeras horas de la paliza para tirarme al ataúd en el lugar del secuestro, yo dije que si salía es como volver a nacer”, sostuvo, y remarcó: “Me di cuenta que si la vida es tan corta que es más importante ser que tener. Tenía que encontrar dónde estaba mi Para qué”.

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Puntualmente, al ser consultado por quienes cuestionan sus definiciones de liderazgo y los paralelismos entre fútbol y política, Macri definió: “El liderazgo es general, no son distintos [en la política y en el deporte]. Hay una parte común, la responsabilidad y el impacto es distinto, pero lo que se espera de uno cuando le toca conducir es lo mismo. Yo aprendí, y Boca fue una gran escuela, que un líder debe poder generar un sueño que parezca utópico, pero que mágicamente miles o millones lo hagan propio y que crean que se puede realizar”.

“No existe el mago ni el salvador. Si un líder transformó es porque tuvo un buen equipo detrás. Lo más importante es ser justo, eso te transforma en un buen o mal líder”, esgrimió.

Después de un video que incluyó testimonios de miembros de su gabinete y de dirigentes políticos que lo acompañaron durante su carrera, Macri destinó un mensaje a la cúpula del Pro. “Quiero aprovechar para incomodarlos un poco”, comenzó, y siguió: “Alguien nos convenció de que competir es malo, pero todos mejoramos cuando competimos, no es verdad que necesitamos vivir entre algodones”.

“Tienen la gran oportunidad de dar el ejemplo y poder competir con altura, con ideas, con valores, hablando de frente a la gente. Si lo hacemos de esa manera, nadie se va a sentir excluido de trabajar con aquel que le toque ganar”, aseguró Macri, mientras Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta lo observaban desde la platea. “Esta gente está dejando una bomba peor que la de 2015. La tarea que van a tener por delante es mortal, difícil”, enfatizó.

“La gente elegiría si quiere un cambio absoluto o un cambio con límites”, deslizó Macri, y remarcó: “Lo importante es si el cambio involucra el enorme compromiso de todos creo que eso puede hacer que nadie se sienta excluido de lo que viene”.

Macri insistió: “Van a volver las piedras, los mafiosos ya anunciaron que nos preparemos, que se han apropiado partes del país y que no quieren soltar sus privilegios. Si nosotros no logramos una sociedad sin privilegios y sin mafias, nadie va a invertir. Si nadie va a invertir, no va a haber empleo y de ahí no salimos nunca más. Tenemos que estar muy juntos”.

Hacia el final del acto, Macri reforzó su malestar con las políticas del Gobierno nacional y las ideas de sus aliados. “La gente nos está empujando. Nos fuimos del Gobierno y el 70 por ciento decía que Aerolíneas Argentinas tiene que ser estatal. Eso cae y ahora están en menos del 40%, y va a llegar al 0 y nos vamos a sacar de encima a [el Secretario General de APLA, Pablo] Biró y la plata que nos roba”, disparó.

Y subrayó: “Vamos a tener que dar la batalla porque ellos están equivocados. El mundo no se maneja de esta manera, no puede haber ese nivel de privilegios. Es un disparate ¿Dónde mierda están las prioridades?”.

“No nos pueden correr más, ningún progre nos corre más. Ese discurso cínico no lo banco más”, dijo, y suspiró: “Confieso que esos tipos me hacen calentar. Los únicos que se salvaron con el Estado son ellos. Basta de robarle el futuro a la gente”. El auditorio lo aplaudía de pie y al ritmo de "vamos a volver".