PASO en Santa Fe: aflojemos con las teorías conspiranoicas

A partir del contundente triunfo de Juntos por el Cambio en Santa Fe (y de Maximiliano Pullaro en su interna con Carolina Losada), surgieron todo tipo de teorías que lejos parecen estar de la realidad. Pero como siempre, dato mata relato.

Análisis y opinión 17 de julio de 2023 Camilo Cagnacci Camilo Cagnacci
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Odio los refranes. Y aún más a los que los repiten como mantra. Pero hoy voy a darme el lujo de utilizar uno que, según el Evangelio de San Mateo, brotó de boca de Jesús cuando maldijo a los pueblos Corazín, Betsaida y Cafarnaún: no hay peor ciego que el que no quiere ver. Y lo hago en función de los análisis que leo y escucho sobre los resultados de la interna santafesina de Juntos por el Cambio (JxC).

"El 22% del peronismo en Santa Fé puede tener varias lecturas. Una de ellas es que votaron al candidato de JxC que más les convenía. Otra, que Pullaro realmente es un buen candidato para el peronismo. La tercera es que están en la debacle total. Insisto: ¿el peronismo votó en la interna de JxC a Pullaro? Para mí, definitiva/ sí", tuiteó anoche Rosario Agostini, periodista y precandidata a diputada por el espacio de Patricia Bullrich en Jujuy.

Es tan solo un ejemplo, no quiero personalizar la cuestión. La idea es invitarlos a pensar lo siguiente: de 2011 en adelante, la provincia de Santa Fe siempre votó –más, menos– en tercios. Y justamente en los comicios de ese año (2011), el peronismo hizo su elección más floja –aún más floja que la de anoche– con el hoy precandidato a vicepresidente Agustín Rossi a la cabeza. Sacó el 22,76% de los votos. 

En ese momento, Unidos para Cambiar Santa Fe no existía. Por un lado estaba el Frente Progresista, que gobernó la provincia entre 2003 y 2019, y por el otro Unión PRO. Pero entre ambos sumaron un piso del 57,69% en 2019, cuando el peronismo recuperó la gobernación de la mano de Omar Perotti, y un techo del 75,76% en 2011, cuando Rossi protagonizó la peor elección del peronismo santafesino desde el retorno de la democracia.

Siguiendo esta lógica, podríamos concluir que el peronismo aún no tocó fondo –pese a quedar muy cerca– y que la versión santafesina de JxC tiene aún margen para crecer. 

Pero eso no es todo. Si bien hay quienes encuentran abono para teorías consipiranocias en la diferencia de votos registrada entre las categorías "gobernador" y "diputados" de Unidos para Cambiar Santa Fe, hay números que la explican. Alerta spoiler: no hubo una infiltración de 408.453 votos peronistas para perjudicar a Carolina Losada en su disputa con Maximiliano Pullaro.

En primer lugar, de las primarias para gobernador participaron siete espacios políticos. Mientras que para diputados provinciales, once. Y de esos once, cuatro (Coalición Cívica-ARI; Unite, de Amalia Granata; Igualdad y Participación, de Rubén Giustiniani; y Frente De la Esperanza) le disputaban electorado en forma directa a Unidos para Cambiar Santa Fe. Entre todos ellos sumaron 328.649.

Y además, hubo fuerzas que sacaron más votos para diputados que para gobernador –por ejemplo, Viva La Libertad (+13.798) y la CC-ARI (+4943)–; espacios que compitieron con boleta corta, como el Frente Amplio por la Soberanía, que es un desprendimiento del Frente Progresista y obtuvo 63.610 votos; y hechos concretos, como que hubo 45.264 votos en blanco y 20.077 votos impugnados más en la disputa legislativa que en la EJecutiva.

En conclusión: los malos candidatos pierden. Y eso fue Losada, que acusó a su rival de ser cómplice del narcotráfico; que amenazó con romper el espacio en caso de perder la interna; y que su propuesta más conocida fue mudarse de Nordelta (Tigre) a Santa Fe, en caso de que los santafesinos la eligieran para gobernar la provincia por los próximos cuatro años.

Por lo tanto, Pullaro, que durante el gobierno de Cambiemos y con la ayuda de la entonces ministra Patricia Bullrich, fue quien puso tras las rejas a los capos de la banda narcocriminal "Los Monos", no la tenía tan difícil.

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