Contra todo pronóstico

Contra todo pronóstico, Javier Milei se encuentra a días de cumplir nueve meses como Presidente de la Nación.

Y para la mayoría, independientemente de la posición que tengan frente a su gestión, este proceso se ha convertido en un verdadero parto.

El crudo pero no menos necesario sinceramiento de precios y tarifas ha golpeado de lleno sobre la clase media, que en el último semestre se redujo considerablemente.

Incluso en la ciudad de Buenos Aires, el distrito más rico del país.

Datos oficiales muestran que desde el último trimestre de 2023 al primero de 2024 ese número cayó 3,3%.

Y si sumamos a esa cuenta a la clase media “frágil”, la caída luce aún más pronunciada: 3,9%.

Sin embargo, un reciente estudio de la consultora Giacobbe & Asociados asegura que no todo está perdido y que, a pesar de los pesares, la imagen del presidente se mantiene prácticamente inalterable.

45,2% dice tener una imagen positiva de Javier Milei; un 13,4% lo califica con un regular; y un 41,1% asegura verlo con malos ojos.

No se puede decir que sean números extraordinarios –como los que supo tener Alberto Fernández en el inicio de la pandemia–, pero tampoco soslayar que estamos hablando del hombre que se jacta de estar haciendo “el ajuste más grande de la historia de la humanidad”. Además, lo que daría Alberto Fernández por tener numeros así hoy ¿no?

El ex presidente, según este mismo trabajo de Giacobbe & Asociados, cosecha hoy un nivel de rechazo del 86,2%.

Si bien Fernández atribuye el deterioro de su imagen al “Caso Fabiola”, hay que decir que en marzo de 2023, cuando todavía no había renunciado a ir por la reelección, ese número era del 69,5%.

O sea, digamos, al Capitán Beto la sociedad le picó el boleto hace tiempo. Como también se lo picó a la ex primera dama.

Si bien la denuncia por violencia de género contra Alberto le dio una exposición que no tuvo siquiera durante el gobierno de su ex pareja, con excepción del momento en que se difundió la tristemente célebre "foto de la fiesta", solo el 0,8% de los consultados por Giacobbe & Asociados valora positivamente a Fabiola Yañez y muchos de ellos no dudaron en calificarla como “oportunista” y “mentirosa”.

¿Le alcanza esto al Gobierno para pasar las medidas más impopulares por debajo del radar?

Parece que no.

Sobre todo por el incesante "fuego amigo! que rodea al presidente Milei.

Después del escándalo en Diputados con Lourdes Arrieta y la reciente expulsión del senador Francisco Paoltroni, como consecuencia de sus críticas a Santiago Caputo y a la candidatura del juez Ariel Lijo para la Corte Suprema, Lilia Lemoine y Marcela Pagano dieron la nota con un fuerte cruce que inició Lemoine en televisión y Pagano repelió por Twitter.

Todo terminó en una nueva filtración de chats y una renuncia “a disposición del presidente”. La de Lemoine, que también se disculpó con sus compañeros por difundir conversaciones privadas.

¿Qué difícil se hace tener esperanzas ante semejante corso, verdad?

Y qué difícil se le hace también a la oposición dialoguista acompañar, cuando la noticia de hoy tendría que ser el encuentro que Milei compartió con esos diputados en las horas previas a la oficialización del veto a la nueva movilidad jubilatoria aprobada por el Congreso. Novedad que llega días después de una imagen que, años atrás, le hubiera costado el gobierno a cualquier gobierno –valga la redundacia– no peronista: la de jubilados reprimidos por la Policía Federal en el marco de una protesta contra el mencionado veto.

¿Cómo se sostiene esto?

Por ahora, a pan, agua y hartazgo con una clase política que durante años no ha hecho más que mirarse el ombligo, como se lo miran Wado y Massa, protagonistas ayer de otro enfrentamiento de alto impacto político, y dedicarse a vivir bien a costa de nuestro empobrecimiento.