
YPF abandonó la planta de GNL en tierra y apuesta todo a los buques licuefactores
Marín confirmó el cambio de estrategia: ahora el objetivo es exportar 30 millones de toneladas anuales con barcos offshore. El primer buque entra en operación en 2027.
Milei, Sturzenegger y Caputo intentan desactivar el vínculo entre devaluación e inflación en la previa de la visita del secretario del Tesoro de EEUU.
Economía y negocios14 de abril de 2025En la antesala de una jornada clave para la “Fase 3” del plan económico, el Gobierno nacional intentó desviar el foco del mercado cambiario con una estrategia comunicacional centrada en la visita del secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, y una misión empresarial que llegará a Buenos Aires con intenciones de inversión.
Mientras el dólar quedó liberado para fluctuar entre los $1.000 y $1.400, la Casa Rosada buscó minimizar el impacto de la eliminación del cepo, en un intento por mostrar normalidad ante posibles oscilaciones. “Queremos mostrar que mañana puede irse a $1300 y pasado a $1100”, deslizaron fuentes oficiales, confiados en que el nuevo régimen de bandas flotantes servirá de contención.
Sin embargo, la narrativa oficial se topó con su propia contradicción: al mismo tiempo que intentaba bajar el volumen al debate cambiario, el presidente Javier Milei publicó un extenso texto en redes titulado “Espejismo empírico”, donde buscó desacreditar la idea de que una suba del dólar genera, necesariamente, inflación. Lo hizo con una metáfora académica, comparando a un jugador de billar con un físico del MIT. “¿Se le ocurriría a usted llevar al joven jugador como profesor en el doctorado de física?”, ironizó.
La jugada fue respaldada por el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, quien aseguró que el modelo actual es inédito, con “control absoluto de la base monetaria” y superávit fiscal, lo que -sostuvo– rompe la relación automática entre tipo de cambio e inflación. Luis Caputo, en tanto, evitó declaraciones y se limitó a retuitear elogios al abordaje teórico del Presidente.
El despliegue comunicacional ocurrió en paralelo a un dato incómodo: la inflación de marzo trepó al 3,7%, por encima de lo previsto, lo que encendió alarmas sobre el impacto que pueda tener la nueva devaluación en los precios.
El nuevo esquema establece un dólar flotando entre $1.000 y $1.400, con un tipo de cambio oficial que arrancará un 7,2% por debajo del valor previo al anuncio y una brecha con los financieros que ronda el 5%. Aunque el mensaje es de calma, en el mercado reina la expectativa. En el Gobierno, prefieren hablar de “una nueva era”. En la calle, por ahora, reina la cautela.
Marín confirmó el cambio de estrategia: ahora el objetivo es exportar 30 millones de toneladas anuales con barcos offshore. El primer buque entra en operación en 2027.
Desde Washington, el ministro habló ante inversores y planteó que los cambios llegarán con reservas fuertes y consolidación fiscal.
Mientras Milei celebra “el mayor ajuste de la historia”, la secretaría del vocero creció en personal y presupuesto. El dato figura en el informe oficial de gestión.
El Presidente lo definió como su “segunda instancia de control político”, a pesar de que no tiene cargo formal ni firma. La oposición exige respuestas y Macri ya expresó su incomodidad.
Fernando Ayala fue detenido en Chaco por entorpecer la causa. Lo filmaron contando fajos de billetes en su casa con ayuda de sus hijos. La red evadió más de $150 millones con organismos provinciales.