Sturzenegger cruzó a los viñateros: los comparó con "Chiqui" Tapia y los acusó de defender "intereses corporativos"

El ministro de Desregulación cuestionó que la entidad haya acudido a la Justicia para frenar la eliminación de un trámite obligatorio. Sugirió que buscan mantener el control del mercado y el cobro de tasas.

Economía y negocios17 de diciembre de 2025Sección PaísSección País
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El ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, abrió un nuevo frente de conflicto con los sectores productivos al lanzar duras críticas contra la Asociación de Viñateros de Mendoza. En un extenso descargo, el funcionario comparó el accionar de la entidad con el del presidente de la AFA, Claudio "Chiqui" Tapia, y los acusó de recurrir a la Justicia para intentar reinstalar mecanismos de control del mercado y frenar la política de libertad económica del Gobierno.

"Hay que pegarle al chancho para que aparezca el dueño", disparó Sturzenegger a través de su cuenta en la red social X. La polémica gira en torno a una presentación judicial realizada por los viñateros para restablecer la obligatoriedad del Certificado de Ingreso de Uva (CIU), un trámite burocrático que la gestión de Javier Milei había convertido en opcional como parte de su plan de simplificación estatal.

Para el ministro, la resistencia de la cámara mendocina es análoga a la oposición de la AFA frente al decreto que habilitaba las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). "Recurrieron a la Justicia para prohibir la opcionalidad. Es decir, no querían que los socios pudieran elegir", señaló, argumentando que detrás de ambas posturas se esconden intereses corporativos que temen perder privilegios.

El dato y las sospechas

Sturzenegger fundamentó su defensa de la desregulación con cifras: aseguró que, una vez que el trámite dejó de ser compulsivo, "el 45% de los productores que antes estaban obligados a hacerlo, luego no lo usaron". Según su visión, esto demuestra que la herramienta no era necesaria para la producción real, por lo que su eliminación fue un acierto.

En esa línea, el funcionario planteó dos hipótesis sobre por qué la Asociación insiste en la obligatoriedad. En primer lugar, sugirió que el CIU funcionaba como un instrumento para concentrar información clave sobre el movimiento de la uva, lo que podría facilitar "prácticas anticompetitivas" o de cartelización.

La segunda sospecha apunta a la recaudación. Sturzenegger deslizó que, sin el certificado obligatorio, se dificulta el cobro de una tasa privada vinculada a la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), organismo cuyo mandato, según denunció, se encuentra vencido. "Ahí aparece el verdadero interés", sentenció.

"Lobo con piel de cordero"

El titular de la cartera de Desregulación lamentó que un sector con tanto potencial quede "rehén" de estas disputas y defendió la máxima libertaria al sostener que "la regulación, en general, es mala, un lobo con piel de cordero".

Sobre el final, envió un mensaje directo a los magistrados que deben resolver el amparo: "Esperemos que la Justicia se ponga del lado de la producción y la libertad, y no del lado de las prácticas anticompetitivas y los intereses de una o dos corporaciones".

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