La nueva grieta social que propone Milei

Análisis y opiniónLuis GasullaLuis Gasulla
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El chiste de Axel Kicillof y Cristina Kirchner nos costará a los argentinos más de 20 mil millones de dólares. Cuando se expropió YPF en 2012, gran parte de la opinión pública creyó que lograría llenar el tanque de su auto por poca plata y que recuperaríamos soberanía e independencia energética. Pero nada de eso pasó. La oposición a una medida muy popular, en esos tiempos cristinistas, la hicieron Mauricio Macri, Elisa Carrió y la actual candidata a presidente Patricia Bullrich. Hay que recordarlo. Por ese entonces, Javier Milei era un asesor de Daniel Scioli que visitaba canales de televisión impulsado por grandes empresarios que lo veían como un personaje simpático. Luego de noviembre de 2015, su figura creció exponiendo la "tibieza" económica del gobierno de Cambiemos.

Esta semana, Javier Milei atacó en redes a Axel Kicillof pero sin mencionarlo directamente. Ni a él ni a Cristina, sino que habló de "la casta política". ¿Pero qué es la casta?

El concepto mileísta de "casta" es como el del pueblo kirchnerista. Los que están conmigo son lo nuevo y los que me critican son "la casta". Durante el kirchnerismo, los que se abrazaban a Cristina eran el Pueblo y el resto, antipueblo y oligarquía. Me resisto a creer que por preguntar y repreguntar seamos más casta que, por ejemplo, Luis Barrionuevo.

Con el sentido de casta que maneja Milei, Cristina Kirchner podría convertirse en libertaria si apoyase los proyectos del hombre que goza de "la fuerza de los cielos". Se lo pregunté a Ramiro Marra, candidato a Jefe de Gobierno porteño, y su respuesta me dejó azorado: "Todo el mundo tiene derecho a cambiar". 

Las ideas de Milei son interesantes, pero... ¿cuáles son esas ideas? Mucho se habló de la famosa dolarización y poco de cuestiones también relevantes como la deuda externa. En su plataforma electoral, La Libertad Avanza habla de la deuda como una aberración. Pero ahora, aseguran sus economistas que llegarían al país 10 mil millones de dólares de fondos "buitres" para financiar la dolarización. ¿Le mostró el celular finalmente Milei a Fantino?

¿Eso no es tomar deuda? ¿No sería una aberración? El propio Milei le contestó al sonriente Milei de la televisión. Fue el 10 de marzo del 2022 cuando no quiso acompañar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional del gobierno de los Fernández al igual que Máximo Kirchner...

Ese día, los diputados de Milei apostaron al "cuanto peor, mejor" y le soltaron la mano al gobierno de Alberto, Cristina y Massa. 18 meses después, Milei volvió a cambiar su opinión en base a una supuesta información que decía que los economistas de Juntos por el Cambio apostaban a que se cayese Alberto. Terminó apoyando el acuerdo del gobierno de Sergio Massa con el FMI sin sonrojarse y con el aval acrítico de sus fanáticos en redes.

Es que al líder no se lo cuestiona. Se lo banca hasta la muerte. Como los jóvenes de La Cámpora a Cristina. El que pregunta debe ser atacado, repudiado, difamado y destruido porque es el enemigo. Como la Jefa Cristina, los candidatos de Milei también se defienden de los informes periodísticos acusando a la prensa de formadores del "discurso del odio". En caso de llegar a Casa Rosada y que alguno de sus funcionarios sea denunciado por corrupción, ¿los fiscales y jueces que lo investiguen también serán tratados de sicarios y empleados de los medios de comunicación?

Mientras tanto, Massa se apropia del Estado, mete militantes por la ventana, enciende la maquinita del plan platita, extorsiona a la clase media acomodada asegurando que quitará el impuesto a las ganancias a los trabajadores si lo votan y promociona sus apariciones en tele –con la tuya contribuyente– en medio de un partido de la Selección Argentina en la voz de una locutora militante K, como en los tiempos de 678.

Los extremos suelen chocarse y parecerse a la vez. Los seguidores de Cristina y de Milei terminan siendo la otra cara de la misma moneda. Siguen los pasos de una manera de manejar el poder que tienen sus líderes. Repiten frases hechas, slogans berretas. Pasamos de La Patria es el Otro a La Fuerza de los Cielos. De Roberto Navarro a los nuevos periodistas militantes del que viene a romper con todo lo rancio, lo viejo, lo que fracasó. En el tren de lo nuevo se suben Gerardo Martínez, Luis Barrionuevo, los Bussi, los economistas del menemismo y viejos punteros del PJ de la provincia de Buenos Aires. 

En nombre de la Libertad atacan a la libertad de expresión. El periodismo que cuestiona es enlodado bajo el término de "operación". Los periodistas seríamos esclavos de nuestros patrones que nos vendemos por "un sobre". El líder acusa sin pruebas. La manada, repite. Tan parecido a Cristina Kirchner que sorprende.