El Gobierno apuesta a una inflación por debajo del 1% antes de las elecciones

Caputo interviene en la puja de precios con fabricantes y supermercados y aseguran que el dólar a la baja debería empujar los valores hacia abajo.

Economía y negocios18 de abril de 2025Sección PaísSección País
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El Gobierno está convencido de que la inflación seguirá bajando y que podrá llegar a las elecciones legislativas de octubre con un índice mensual inferior al 1%. Esa convicción explica el involucramiento directo del ministro de Economía, Luis Caputo, en el conflicto por las listas de precios entre empresas alimenticias y supermercadistas.

La estrategia oficial combina equilibrio fiscal, dólar a la baja y presión sobre los márgenes empresariales. En la Casa Rosada sostienen que muchos precios de alimentos y productos de consumo masivo están sobredimensionados por haber sido calculados con un dólar de $1400 o incluso $2000, cuando hoy cotiza por debajo de $1.160.

“No hay razones para sostener aumentos”

“El Gobierno no sólo confirmó la meta de superávit fiscal, sino que la aumentó al 1,6% del PBI. Eso es clave”, señaló el economista Miguel Boggiano en diálogo con Cristina sin vueltas, el programa de Cristina Pérez en Radio Rivadavia. Y pronosticó: “Para junio o julio probablemente se verá una inflación por debajo del 2 por ciento”.

Según Boggiano, a diferencia del modelo de la convertibilidad, el esquema actual es de tipo de cambio flotante, lo que otorga más flexibilidad, pero con un compromiso férreo con las cuentas públicas.

En el Gobierno repiten el mismo razonamiento: si el dólar era de $840 en diciembre de 2023 y ahora ronda los $1.160, los precios no pueden seguir escalando como si la divisa estuviera a $2000. Apuntan a que el reacomodamiento cambiario debe trasladarse, pero en sentido inverso: que empuje hacia abajo.

Comparar para bajar

Desde el equipo económico insisten en que los márgenes de ganancia excesivos y las “promociones encubiertas” también forman parte del problema. “Es necesario preguntarnos cuál debería ser el precio actual de los productos que consumimos, ajustado al dólar real de hoy”, afirman.

Incluso proponen que se difundan comparaciones semanales de precios para aportar transparencia y generar presión a favor de la baja.

Con el superávit fiscal como bandera y el nuevo régimen cambiario en marcha, el Gobierno se planta: la inflación no sólo puede bajar, sino que tiene que hacerlo. Y quiere que los precios lo reflejen.

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