Tres hospitales clave en crisis: renuncias, paros y pacientes sin atender

El Garrahan, el Bonaparte y el Clínicas achican la atención por falta de presupuesto y éxodo de profesionales. La salud pública, en modo emergencia.

Política28 de mayo de 2025Sección PaísSección País
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Mientras el Gobierno insiste en hablar de libertad y eficiencia, la salud pública entra en terapia intensiva. El Garrahan, el Hospital de Salud Mental Laura Bonaparte y el Hospital de Clínicas —tres instituciones de referencia nacional— están reduciendo la atención y acumulando renuncias por sueldos congelados, despidos masivos y recortes que vacían las guardias y postergan tratamientos.

En el Garrahan, la pediatra Rita Fernández confirmó que los residentes iniciaron un paro que se extenderá hasta el viernes, con posibilidad de volverse indefinido. Este jueves 29, todo el hospital parará 24 horas y se movilizará al Ministerio de Salud. “Desde diciembre renunciaron 200 profesionales. Es muy difícil sostener la atención”, afirmó. Los médicos de primer año ganan unos 700 mil pesos: “Sueldos en la línea de pobreza para profesionales altamente capacitados”.

Bonaparte: salud mental al borde del colapso

En el Hospital Bonaparte, la Asamblea de Trabajadores denunció despidos del 47% del personal desde enero. "Cientos de niños quedaron sin tratamiento y la atención espontánea para niñeces ya no existe", señalaron. A esto se suma el cierre de cupos de la residencia interdisciplinaria en salud mental (RISAM), en abierta violación de la Ley Nacional de Salud Mental. “Hay guardias sin psiquiatras ni enfermeros. Seguimos resistiendo”.

Clínicas: se atiende menos, se cobra menos

El Hospital de Clínicas, que depende de la UBA, también redujo la atención a pacientes sin cobertura. Antes recibía al 60%, hoy todo depende de insumos y especialidad. “Los que no entran, pasan al mes siguiente. Se priorizan urgencias”, explicaron. Los profesionales estiman una pérdida salarial del 40% en un año y medio. Y muchos residentes ya eligen el sector privado.

"Estamos atravesando la misma situación que el Garrahan y el Bonaparte", resumieron desde el Clínicas. El ajuste se siente en cada piso, en cada guardia, en cada paciente que espera.

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