
El triunfo peronista por más de 13 puntos en Buenos Aires descolocó al Gobierno y disparó señales de alerta financiera. Hoy Milei reúne a su gabinete para recalibrar la estrategia rumbo a octubre.
Las presiones de kirchneristas y massistas hicieron ceder a Alberto Fernández, quien finalmente decidió armar una mesa política del Frente de Todos para discutir la estrategia y las listas de cara a las próximas elecciones.
Por qué importa. La decisión del Presidente, que se concretará en los próximos días, implica una instancia de debate interno en la que Fernández tiene varios detractores y pocos adeptos. También le asoman competidores, en paralelo al operativo clamor por Cristina que ya lanzó el kirchnerismo duro en redes sociales y que podría cristalizarse con un acto el próximo 24 de marzo.
Contexto. El armado de una mesa política dentro del FdT era un viejo reclamo de kirchneristas y massistas. Así lo recordó durante una reciente entrevista con El Cohete a la Luna el diputado Máximo Kirchner, quien anoche encabezó una cumbre del PJ bonaerense junto a Axel Kicillof, Sergio Massa y Wado De Pedro, de la que fue excluido el albertismo.
En detalle. En la Casa Rosada niegan que las declaraciones de Kirchner y la reciente cumbre hayan influido en Fernández, y aseguran que el Presidente no resigna su intención de ir por la reelección.
Ademas. "La mesa se va a armar pero no para ser fiscal de la gestión nacional sino para coordinar la estrategia electoral", explicaron fuentes oficiales a Clarín.
El triunfo peronista por más de 13 puntos en Buenos Aires descolocó al Gobierno y disparó señales de alerta financiera. Hoy Milei reúne a su gabinete para recalibrar la estrategia rumbo a octubre.
El Presidente anunció mesas políticas y de diálogo con gobernadores tras la derrota en Buenos Aires, mientras la oposición avanza en el Congreso, los mercados se desploman y crece el fuego amigo en La Libertad Avanza.
La política arde. De las presuntas coimas en la ANDIS a la investigación por el caso $LIBRA, la Justicia pone contra las cuerdas al Gobierno. Mientras, los vetos de Milei calientan la calle y las internas recrudecen.