
El triunfo peronista por más de 13 puntos en Buenos Aires descolocó al Gobierno y disparó señales de alerta financiera. Hoy Milei reúne a su gabinete para recalibrar la estrategia rumbo a octubre.
Tras rechazar el paro, Salud advirtió que quienes falten cinco días serán echados y podrían perder su título. Sin propuesta salarial concreta, Milei volvió a hablar de “ñoquis”.
Política30 de mayo de 2025La protesta de los residentes del Hospital Garrahan entró en una nueva fase: sin respuestas concretas del Ministerio de Salud, el personal en formación ratificó este mediodía las medidas de fuerza, y el Gobierno endureció su postura. No solo anunció que les descontará los días de paro, sino que advirtió que serán echados si superan las cinco ausencias y podrían perder su aprobación como especialistas.
Los trabajadores desoyeron el pedido oficial de suspender el paro por 48 horas y respondieron con un acto frente al hospital: “Seguiremos firmes. La decisión de continuar se basa en la falta de propuestas concretas y en acuerdos que ya incumplieron”, recordaron, en alusión al aumento que firmó Mario Russo el año pasado y dio de baja en cuestión de horas.
Desde el Ministerio de Salud confirmaron a Infobae que si las ausencias alcanzan los cinco días, los residentes “quedarían automáticamente desafectados, como cualquier empleado público”. Además, deslizaron que podrían no aprobar la residencia y postergar así su colación como profesionales.
“Necesitamos que los residentes se formen y haya más profesionales”, dijeron en el Gobierno. Pero no ofrecieron mejoras salariales concretas, más allá de reconocer —en privado y en público— que el ingreso actual es extremadamente bajo, incluso en comparación con la Provincia y la Ciudad. Apenas prometieron estudiar una equiparación futura con CABA.
Entre las medidas anunciadas también figura una mesa de diálogo cada 15 días y un uso de los “ahorros por eficiencia” para mejoras salariales... aunque con una salvedad: parte del dinero se destinará al aumento de camas.
En paralelo, el presidente Javier Milei reforzó el relato oficial. En una entrevista con Neura, atribuyó el conflicto a “administrativos dibujados por el kirchnerismo” y volvió a hablar de “ñoquis” en hospitales públicos. “Se politizó la situación. ¿Usted está de acuerdo con que haya empleados que no trabajan y le quiten recursos al hospital?”, preguntó, en tono de denuncia más que de gestión.
Alejandro Lipcovich, delegado de ATE en el Garrahan, refutó los dichos presidenciales: “El personal asistencial representa el 70%. No son solo médicos: hay enfermeras, bioquímicos, farmacéuticos y muchos trabajos clave, como esterilización”.
La respuesta política quedó en manos de Cecilia Loccisano, viceministra de Salud, que salió en medios y redes a relativizar el conflicto. Mientras tanto, el ministro Mario Lugones, cercano a Santiago Caputo, se mantiene en segundo plano, salvo para posar con Robert Kennedy Jr. en la Casa Rosada.
Desde la cartera emitieron una frase que sintetiza el tono oficial: “El médico no es el enemigo, su labor es indispensable. Pero vamos a sacar a los que usan el hospital para hacer política”. Ni una palabra sobre las condiciones laborales que motivaron la protesta.
El triunfo peronista por más de 13 puntos en Buenos Aires descolocó al Gobierno y disparó señales de alerta financiera. Hoy Milei reúne a su gabinete para recalibrar la estrategia rumbo a octubre.
Milei vetó las leyes de Financiamiento Universitario y Emergencia Pediátrica, prepara otro rechazo a los ATN y se aferra al déficit cero. Mientras, Macri y los gobernadores vuelven a escena; la inflación quedó en 1,9%; los mercados rebotaron; y la UBA, gremios e industrias redoblan la presión.
La política arde. De las presuntas coimas en la ANDIS a la investigación por el caso $LIBRA, la Justicia pone contra las cuerdas al Gobierno. Mientras, los vetos de Milei calientan la calle y las internas recrudecen.