El gobierno de EE. UU. cuadruplicó la cuota para importar carne vacuna desde la Argentina

La administración Trump elevó de 20.000 a 80.000 toneladas el cupo de importación, en paralelo a un plan del USDA para bajar precios internos. Productores norteamericanos cuestionan la medida y desde la Casa Blanca matizan que el volumen efectivo “no será mucho”. La SRA respondió a dudas sanitarias.

Economía y negocios23 de octubre de 2025Sección PaísSección País
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El gobierno de Estados Unidos habilitó una ampliación del cupo tarifario para “carne deshuesada, fresca, enfriada o congelada” de origen argentino, que pasará de 20.000 a 80.000 toneladas al año. La medida se publica en simultáneo con un paquete ganadero del Departamento de Agricultura (USDA) para aumentar la oferta y contener los precios en góndola: facilita el pastoreo en tierras federales, refuerza subsidios al seguro y baja costos a pequeños procesadores.

El giro llega después de que Donald Trump anticipara a periodistas, a bordo del Air Force One, que Estados Unidos “compraría carne de la Argentina” para “bajar los precios”. Sin embargo, desde la Casa Blanca enfriaron expectativas: la asesora Brooke Rollins señaló que, dentro de las ~12 millones de toneladas de consumo anual estadounidense (con ~10 millones de producción local), “no será mucho lo que compremos”, y subrayó que cualquier apertura deberá resguardar la bioseguridad del rodeo.

La ampliación del cupo generó rechazo entre asociaciones de ganaderos en EE.UU., que advierten por un eventual “desplazamiento” de la producción doméstica. Desde la Argentina, el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, afirmó que Rollins “está mal informada” y sostuvo que el país no registra problemas de fiebre aftosa “desde hace más de 20 años”.

El paquete oficial estadounidense incluye, además, controles más estrictos de etiquetado: sólo la carne nacida, criada y faenada en EE.UU. podrá venderse como “producto estadounidense”, aun con mayor ingreso de importados.

Para la industria local, el nuevo cupo abre una ventana comercial inmediata hacia el mercado de mayor poder adquisitivo, con impacto potencial en precios y mix de destinos. Su efecto final dependerá de la letra chica: cronograma de asignación, exigencias sanitarias, preferencia arancelaria intra-cuota y la demanda efectiva de importadores (desde carne molida para fast food hasta cortes premium).

En el plano político, la Casa Blanca busca aliviar el costo de la carne en medio de precios récord del ganado y tensiones con los estados ganaderos, mientras explora una agenda bilateral más amplia con la Argentina. El sector exportador local espera precisiones operativas del USDA sobre la implementación y las condiciones de acceso.

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