Bessent, otra vez contra China antes de la cumbre Milei–Trump: “Quieren hundir a todos los demás con ellos”

El secretario del Tesoro de EE.UU. acusó a Pekín de “arrastrar” a la economía global con nuevas trabas a las exportaciones de tierras raras. Dijo que China atraviesa una “recesión-depresión” y anticipó que acompañará a Trump en la reunión con Milei. La embajada china en Buenos Aires respondió con dureza; Francos deslizó que no habrá ruptura de vínculos.

Economía y negocios14 de octubre de 2025Sección PaísSección País
Scott-Bessent

En la previa del encuentro en la Casa Blanca entre Javier Milei y Donald Trump, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, volvió a apuntar contra China por las recientes restricciones a la exportación de tierras raras y minerales críticos. “Esto es una muestra de la debilidad de su economía, y quieren arrastrar a todos los demás con ellos”, dijo al Financial Times, al afirmar que Pekín atraviesa una “recesión-depresión” y deteriora su posición global al tensar las cadenas de suministro que alimentan semiconductores, autos eléctricos y defensa.

El endurecimiento chino llevó a Trump a amenazar con un arancel extra del 100% a partir del 1° de noviembre. Bessent fue al hueso: “Quizás exista algún modelo de negocio leninista en el que perjudicar a los clientes sea una buena idea, pero son el mayor proveedor del mundo. Si quieren frenar la economía global, serán los más perjudicados”.

El telón de fondo es geopolítico y también local. Washington considera estratégica a la Argentina para diversificar abastecimiento de minerales críticos —litio, cobre, uranio y tierras raras— y ya blanqueó apoyo financiero con un swap por USD 20.000 millones y compras de pesos. En la Casa Rosada toman nota: “Más inversión de empresas estadounidenses en la minería argentina es muy buena para ambos países”, evaluó el analista Benjamin Gedan, aunque advirtió que sólo sería una “condición” si EE.UU. exigiera excluir capitales chinos.

Las condicionalidades siguen bajo la lupa. La semana pasada, Bessent afirmó que “Milei se comprometió a sacar a China de la Argentina. Están por todas partes en América Latina”. El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, moderó: “No creo que una parte del acuerdo sea excluir a China”, y descartó afectar el swap con Beijing.

La réplica de la embajada china en Buenos Aires llegó rápida y áspera: calificó las declaraciones de Bessent de “provocadoras”, con “mentalidad de Guerra Fría”, acusó “hegemonía y bullying” a EE.UU. y remarcó que “América Latina y el Caribe no son el patio trasero de nadie” ni se podrá “perturbar la cooperación” entre la región y China.

En Washington también hay fricciones. El esquema de apoyo a la Argentina enfrenta resistencias de legisladores demócratas y de sectores rurales, molestos por el avance de ventas argentinas de soja a China en plena guerra arancelaria. Aun así, Bessent dijo esperar una cumbre entre Trump y Xi a fin de mes en Corea del Sur, aunque advirtió que “todas las opciones están abiertas” frente al nuevo cerrojo chino sobre tierras raras.

Con ese cuadro, Milei y Trump llegarán hoy al Salón Oval con una agenda cruzada: detalles del swap y eventuales intervenciones de mercado, inversiones estadounidenses en minería y energía, y el delicado equilibrio argentino entre el apoyo de Washington y un vínculo comercial con Pekín que el Gobierno, por ahora, no quiere romper.

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