De la foto al control de daños: la frase de Trump que alteró la agenda de Milei

El presidente de los Estados Unidos habilitó preguntas durante el almuerzo que compartió con Javier Milei y condicionó la ayuda a la Argentina al resultado electoral. Luego, el gobierno argentino tuvo que aclarar que apuntaba a 2027.

Política14 de octubre de 2025Sección PaísSección País
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El extenso intercambio a micrófono abierto tomó por sorpresa a la comitiva argentina. Tras un retraso de 38 minutos en el arribo de Javier Milei a la Casa Blanca para su reunión con Donald Trump, el presidente estadounidense abrió la Sala de Gabinete a decenas de periodistas y respondió durante 55 minutos a agenda libre, un formato habitual en sus reuniones de gabinete pero inesperado para el equipo argentino. Antes, ambos habían pasado por el Salón Oval, donde el anfitrión mostró reformas previstas para el despacho, y luego se dirigieron al almuerzo de trabajo.

El giro comunicacional reordenó la visita. Todas las preguntas se concentraron en Trump, que por momentos cedió la palabra a sus funcionarios, como el secretario de Estado, Marco Rubio, y el del Tesoro, Scott Bessent. Del lado argentino primó el silencio: Milei y su comitiva siguieron el intercambio sin intervenir. Entre los ejes, el republicano habló del auxilio financiero del Tesoro para la Argentina, de China, de Ucrania, de Medio Oriente y del posible “shutdown” del gobierno federal.

La frase que encendió las alarmas llegó cuando vinculó en público la continuidad del respaldo a un triunfo del oficialismo: “Estamos acá para darte un apoyo para las próximas elecciones… Si gana, nos quedamos; si no, no seremos generosos”. La incomodidad se sintió de inmediato en la delegación, que recién al recuperar los teléfonos tras el almuerzo dimensionó la repercusión —incluida la caída en los mercados— y activó un operativo de contención.

La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, habló en Blair House para “aclarar” que Trump se refería a las presidenciales de 2027 y no a las legislativas de octubre. El vocero Manuel Adorni y el asesor Santiago Caputo replicaron el mensaje en redes. Según Bullrich, en conversaciones posteriores sin prensa, el estadounidense habría acotado su referencia a 2027. La duda, de todos modos, quedó flotando.

Durante el almuerzo, Milei se mostró contenido y agradeció a Trump y a Bessent con tono cuidadoso. A su izquierda estuvo su hermana y secretaria general, Karina Milei, que no habló; a la derecha, el canciller Gerardo Werthein, que sólo intervino para entregar una carta de familias de rehenes argentinos liberados en Medio Oriente. Del lado argentino también participaron el ministro de Economía, Luis Caputo; el presidente del BCRA, Santiago Bausili; y el embajador en Estados Unidos, Alec Oxenford. Por la administración estadounidense, además de Bessent y Rubio, se sentaron el vicepresidente JD Vance, el secretario de Guerra Pete Hegseth, la jefa de Gabinete Susie Wiles, el representante comercial Jamieson Greer, el secretario de Energía Chris Wright y el embajador designado para la Argentina, Peter Lamelas.

El menú incluyó corazón de lechuga romana con jícama, naranjas y aderezo cítrico; carne grillada con pimientos, verduras estofadas, maíz y salsa de tomate y rábano; y de postre, helado de vainilla en tuile. La vajilla, de borde doble dorado, completó el protocolo.

Más tarde, en la Sala Este, Trump encabezó la ceremonia en la que otorgó —en forma póstuma— la Medalla de la Libertad al activista conservador Charlie Kirk y volvió a elogiar a Milei, a quien calificó de “súper estrella” y pidió que se pusiera de pie para recibir aplausos. Sólo el Presidente, Karina Milei y Werthein asistieron al homenaje; el resto de la comitiva regresó a Blair House a las 17.47 (hora local) y permaneció allí hasta las 21.40. Con excepción de Caputo y Bausili —que se quedarán para la reunión anual del FMI y el Banco Mundial—, el vuelo de regreso partió hacia Buenos Aires con arribo previsto para las 8 del miércoles.

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