Una lapicera sin tinta

Cristina Kirchner habló y la palabra “lapicera” se volvió trending topic. Se filtró un off the record y Matías Kulfas salió eyectado de su silla en el Ministerio de Desarrollo Productivo. Uno de los principales supermercadistas del país se volvió viral por responder irónicamente cuando se le preguntó por la inflación. La oposición se impuso en el Congreso y consiguió media sanción para una ley clave. De eso y mucho más estuvo hecha la coyuntura política argentina de los últimos días. En el fondo, sin embargo, la pregunta que se repite es una sola: ¿y dónde está el piloto?

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Crónica de un final anunciado. Con ese cliché se podría titular la salida de Kulfas de la cartera encargada de delinear la política industrial del país. El economista se cansó de esperar sentado, durante más de dos años, a que su líder tomara las riendas del proyecto y diera nacimiento a una corriente propia, pero Alberto Fernández nunca tomó la iniciativa. “No me gustó lo que hizo”, dijo el Presidente acerca de uno de sus laderos preferidos, haciéndose el sorprendido y soltándole la mano.

Hasta el sábado pasado, la cabeza de Kulfas era uno de los bienes más preciados por el kirchnerismo de paladar negro. La Cámpora la recibió en bandeja de plata, después de que el ahora exministro saliera con los tapones de punta a responderle a Cristina, que le había exigido a Fernández que use la “lapicera” contra “los poderosos”. “La empresa que licita [la chapa para el gasoducto de Vaca Muerta] es IEASA, que está conducida por gente que tiene una relación muy cercana con la vicepresidenta”, le espetó Kulfas a la vicepresidenta en declaraciones radiales, apenas finalizado el acto por los 100 años de YPF.

Eufemismos de lado, fue el off the record dado a conocer al día siguiente por las autoridades de la ex Enarsa el que terminó de dejar en claro lo dicho públicamente por el autor de Los tres kirchnerismos: “La lapicera la tienen que usar los funcionarios de Cristina, que fijaron las condiciones para darle la construcción de las cañerías del gasoducto de Vaca Muerta a Techint”. Y a esa oración le siguió una acusación, que ya fue convertida en causa judicial: “Ellos armaron un pliego de licitaciones a la medida de Techint”.

¿Fue el despido de Kulfas una demostración de autoridad por parte de Fernández? ¿O se trató, más bien, de una capitulación ante las presiones de Cristina Kirchner? Sea como sea, lo cierto es que el albertismo nonato perdió a un soldado de la primera línea. Y que el gesto presidencial, al fin y al cabo, logró descomprimir políticamente a un gabinete que, con el ingreso de Daniel “Pichichi” Scioli, se prepara para surfear las olas de su último año de gestión.

Nada parece suficiente para aquietar las aguas del malestar social. La apreciación de los especialistas es unánime: si el índice de inflación de mayo vuelve a superar el 5%, como augura el humorista Federico Braun, no habrá cumplimiento de metas o desembolso del FMI que aguante. Los burócratas de Washington aprobaron ayer la primera revisión trimestral del acuerdo suscripto en marzo, lo que habilita al país a recibir US$4030 millones en las próximas semanas, justo cuando Fernández lograba su tan anhelada foto con Joe Biden en el marco de la Cumbre de las Américas.

Mientras tanto, en la Argentina, Juntos por el Cambio festejaba una victoria en la Cámara de Diputados que le permitirá poner entre paréntesis, aunque sea por unos días, las disputas internas que lo jaquean. Anoche, sin Sergio Massa en el recinto y después de un debate que duró más de ocho horas, 132 votos le dieron media sanción al proyecto de ley que busca implementar la boleta única de papel en las próximas elecciones de 2023.

El destino legislativo de esa iniciativa es el espejo inverso de lo que podría terminar ocurriendo con otro proyecto que acaba de ser presentado por el oficialismo en el Congreso: el impuesto a la denominada “renta inesperada”. Se tratará de una sobrealícuota de 15% en el impuesto a las Ganancias de Sociedades de Capital, que abarcaría a empresas con ganancias anuales que superen los $1.000 millones.

Si al flamante Frente de Todos le costó encontrar el quorum necesario para aprobar el aporte extraordinario de las grandes fortunas en 2020, concretar hoy una hazaña parecida, en medio del internismo a cielo abierto, es una tarea que adquiere rasgos ciclópeos. Lo dijimos en su momento en otra entrega de #HojaDeRuta: no cabe duda que alguien la tiene que poner. El problema es cuando ni siquiera la tropa propia está convencida de ir en ese camino.

Bonus Track

Esta semana que conmemoró un nuevo Día del Periodista. A riesgo de sonar autorreferencial, no quería dejar pasar la fecha para compartir una encuesta realizada por el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) donde se reflejan descarnadamente las condiciones materiales en las que se está llevando a cabo la profesión. Un dato que asusta: solo un 15% de los colegas respondió que lo que cobra en su principal trabajo en prensa le alcanza para vivir.